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¿Es usted una persona compasiva de verdad?
¿O simplemente un maestro del disfraz?
Mientras que algunos pueden pasar horas o incluso días devolviendo a los necesitados, otros sólo dirigen sus acciones hacia los menos afortunados cuando les conviene.
Pero, ¿cómo saber realmente a qué atenerse?
Descubramos tu verdadera naturaleza, ¿te parece?
Aquí tienes 10 rasgos de personalidad que demuestran que eres una persona compasiva.
1) Siempre ayudas cuando puedes
Tanto si se trata de escuchar como de echar una mano, siempre estás ahí para marcar la diferencia en la vida de alguien.
No te lo piensas dos veces a la hora de hacer un esfuerzo adicional.
Aunque sea por algo tan pequeño como llevar la compra a un vecino mayor o quedarse hasta tarde para ayudar a un amigo con un proyecto.
No llevas la cuenta de sus buenas acciones.
Porque para ti no se trata de llevar la cuenta.
Y seamos realistas, ¿quién quiere ser esa persona que dice que no a ayudar a alguien que lo necesita?
¡Es como decirle a Batman que se quede en la batcueva cuando Gotham está en peligro!
Ver también: 17 grandes señales de que te quiere sin decirlo2) Crees en marcar la diferencia
Un miniejército de la bondad, que se enfrenta al mundo con una buena acción cada vez.
¡Eso es lo que eres!
Buscas constantemente formas de devolver algo a tu comunidad.
Ya sea como voluntario en un acto benéfico local o apoyando a una organización local, siempre encuentras formas de marcar la diferencia.
Es como si tuvieras un sexto sentido para las buenas acciones, puedes detectar una oportunidad de bondad a una milla de distancia.
Entiendes que las pequeñas acciones pueden suponer grandes cambios.
Así que no tiene miedo de arremangarse y ensuciarse las manos para lograr un cambio positivo en su comunidad.
3) Eres como la Oprah de los oídos
Que alguien sepa escuchar no significa que sea un gran oyente.
Los falsos también saben escuchar.
Pero la diferencia es que las personas compasivas como tú, escuchan sin juzgar.
No estás ahí para hablar de ti mismo o dar consejos no solicitados.
Estás ahí para ayudar y apoyar.
Como un terapeuta sin título (pero quizá con mejores consejos).
Escuchas con el corazón y la mente abiertos.
Incluso si la persona a la que escuchas habla en círculos o repite la misma historia por millonésima vez.
Claro, puede volverte un poco loco.
Pero entiendes que cada uno tiene su propio camino y tú estás ahí para apoyarle en él.
En lugar de juzgarles o enfadarte, aprovecha el tiempo para reflexionar sobre cómo puedes ayudarles a tener un día mejor.
Por eso la gente siempre acude a usted en busca de soluciones.
Lo explicaré mejor en el siguiente punto.
4) Eres el maestro de encontrar soluciones
Con tu don de ver lo bueno en todos y en todo, eres la persona a la que acudir para pedir consejo.
Tus amigos acuden a ti como detectives a la escena de un crimen, en busca de pistas sobre cómo resolver sus problemas.
Tú eres el que siempre encuentra el lado positivo en la situación de los demás.
Es como si tuvieras un superpoder de positividad, capaz de hacer humor de las situaciones más oscuras y luz de las circunstancias dolorosas.
Aunque la gente no te pida consejo, siempre tienes algunas palabras sabias que compartir.
Y no importa lo grande o pequeño que sea el problema, siempre estás ahí para ayudar, ¡listo para afrontar cualquier reto como un auténtico Jedi de la resolución de problemas!
Tú eres quien puede encontrar la pieza que falta en el puzzle y quien puede arreglar un corazón roto.
Eso es lo que te convierte en una persona compasiva.
5) Eres sensible a los sentimientos de los demás
En un mundo lleno de robots, tú eres el más humano de todos.
Eres el primero que llora con una película triste o se ríe con un meme gracioso.
Cuando alguien pasa por un mal momento, estás a su lado, sintiendo su dolor como si fuera el tuyo propio.
Eres como un anillo del estado de ánimo, pero en vez de cambiar de color, cambias de emociones.
Eres el primero en ofrecer un abrazo y un pañuelo de papel, o en enviar un GIF gracioso para animar a alguien.
Aunque no estés de acuerdo con la opinión de alguien, estás dispuesto a ponerte en su lugar e intentar entender de dónde viene.
6) Aceptas a los demás, incluidos los defectos
Una persona compasiva ve lo bueno en todos, incluso en los que no son tan buenos.
Has visto lo peor de la gente y de sus acciones, pero aún así le encuentras la gracia a todo.
Para ti, no existe la gente mala o buena.
¿No sería estupendo que todo el mundo pudiera ser como tú?
Con demasiada frecuencia, la gente desprecia a los demás por sus errores.
Pero entiende que cada uno tiene su propio viaje.
Puede que no estés de acuerdo con las decisiones que han tomado, pero les respetas por asumirlas y hacer lo que les parece correcto.
7) Siempre estás ahí para tus amigos y familiares
Su lema es: nadie se queda atrás.
Incluso cuando los demás estén dispuestos a tirar la toalla, tú seguirás estando ahí para ellos.
Tienes una memoria de elefante.
Recuerdas los buenos y los malos momentos, y siempre te apetece rememorarlos.
Y si alguna vez le pasa algo a alguien que te importa, siempre estarás a su lado.
Como un faro de esperanza que brilla en las aguas más oscuras, tu luz puede verse a kilómetros de distancia.
Cuando sus familiares o amigos se sientan mal, siempre podrán contar con usted para levantarles el ánimo.
Eso es lo que te hace compasivo.
8) Siempre buscas la lección
Otro rasgo de la personalidad de una persona compasiva.
Crees que todo sucede por una razón y que cada situación revela una lección que puedes aprender.
Te niegas a estancarte en lo negativo.
En lugar de eso, céntrate en lo positivo y en lo que puedes sacar de la experiencia.
Usted cree firmemente que cada resultado, sea bueno o malo, tiene algo que enseñarnos.
Siempre estás buscando la pepita de sabiduría en cada contratiempo, ya sea tan pequeño como llegar tarde a una reunión o tan grande como un revés en tu carrera.
Estas lecciones te ayudan a superar los retos de la vida y a salir fortalecido de ellos.
9) Eres extremadamente paciente
Una persona compasiva conoce el valor del ahora mismo.
Ves más allá de los momentos fugaces y las promesas incumplidas y te centras en lo realmente importante.
Estás dispuesto a esperar los beneficios a largo plazo, en lugar de precipitarte con tus emociones y arrastrar a los demás contigo.
Eres tan paciente que desarrollas un sexto sentido para saber cuándo alguien está a punto de estallar con su rabieta.
Puedes predecir este tipo de crisis antes de que se produzcan y evitar que tu amigo empeore la situación.
¡Eso sí que es un verdadero amigo!
10) Estás lleno de amor propio
Las personas compasivas también conocen el valor de quererse y cuidarse a sí mismas.
Porque ¿de qué sirve ser amable con los demás, pero no contigo mismo?
No tienes miedo de darte una palmadita en la espalda o un pequeño capricho de vez en cuando.
Has aprendido que no necesitas la validación de nadie para sentirte bien contigo mismo.
Ver también: 5 cosas clave que puedes hacer cuando sientas que no encajasTú eres tu mayor fan.
Y lo más importante, sabes que no eres perfecta, pero sí perfectamente imperfecta, y eso es lo que te hace tan especial.
Hacer del mundo un lugar mejor
"El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir".
Esta poderosa cita del Dalai Lama destaca la importancia de la empatía y la bondad en nuestras vidas.
La verdad es que todos podemos beneficiarnos de querernos a nosotros mismos y a los demás.
Ser compasivo no significa ser amable con todo el mundo o sentir lástima por los demás.
Se trata de construir comunidades más grandes y fuertes y, en última instancia, de crear un mundo más pacífico.
Si quieres hacer del mundo un lugar mejor, empieza por ti mismo.