5 cosas clave que puedes hacer cuando sientas que no encajas

5 cosas clave que puedes hacer cuando sientas que no encajas
Billy Crawford

¿Sientes que no estás donde deberías estar?

La gente necesita a la gente. Es la naturaleza humana.

A veces, encontrar tu sitio es algo natural, porque ni siquiera te das cuenta de que estás ahí. Otras veces, puede parecer como intentar encajar un bloque triangular en un agujero cuadrado.

No pasa nada. Sucede, pero lo importante es que siempre se puede hacer algo al respecto.

Aquí tienes cinco cosas clave que puedes hacer cuando sientas que no encajas.

1) Acepta quién eres

"Querer ser otra persona es desperdiciar la persona que eres".

- Kurt Cobain

No pertenecer a algún sitio no significa que te pase algo, sino que no estás donde debes estar.

Lo primero que hay que hacer cuando sientes que no perteneces a un lugar es aceptar y aceptar quién eres, incluso si -y especialmente si- es diferente de quién es la gente que te rodea.

Es tentador adaptar lo que somos para que encaje en los lugares en los que queremos estar. Puede que pienses que está bien ajustar esta y aquella parte de tu personalidad porque, de todos modos, no es gran cosa, ¿verdad?

No si te estás convirtiendo en alguien que no eres tú.

Primer paso: deshazte de la idea de que no gustarás a nadie tal y como eres.

Mereces que te quieran tal y como eres.

No deberías sentir la necesidad de encasillarte en un espacio al que sabes que no perteneces; si pertenecieras a algún sitio, no tendrías que esforzarte tanto por estar allí. Simplemente estarías allí.

Cuando sentimos que no pertenecemos, tendemos a pensar que es un problema con nosotros mismos el que lo está causando.

"¿Es mi humor el que está fuera de lugar? ¿Necesito ser más ruidoso en la conversación para seguir el ritmo? ¿Son mis creencias las que están equivocadas?".

La verdad es que nosotros somos quienes somos y ellos son quienes son.

Esforzarnos demasiado por encajar en un lugar al que no pertenecemos puede tener el efecto contrario y hacernos sentir aún más solos; cuanto más de nosotros mismos recortamos y tiramos por la ventana, menos a gusto nos sentimos donde estamos.

El doctor Nathaniel Lambert afirma que cuanto más te aceptes a ti mismo y a tu diferencia, más te aceptarán naturalmente los demás.

No hay que avergonzarse de ser diferente porque en algún lugar encontrarás que tu "diferente" es la longitud de onda exacta en la que hay que estar.

Sabes quién eres; sabes qué valores son importantes para ti, qué te hace gracia, cómo crees que empezó el mundo, cómo te tomas el café.

Lo único que tienes que hacer con todo eso es aceptarlo, no seleccionar y eliminar los trozos que no se ajustan al agujero cuadrado en el que estás encajando tu yo triangular.

Si hay una voz en tu cabeza que te dice que hay partes de ti que están mal o que hay que ajustar, desconecta su micrófono.

La psicoterapeuta Joyce Marter, Ph.D., sugiere callar a tu crítico interior. No necesitas que ese juicio y esa negatividad te digan que tienes que ajustarte a un molde concreto; lo que tienes que hacer es meterlo en un armario y abrazar quién eres, con diferencias y todo.

2) Procesa tus pensamientos y emociones

Para dar los primeros pasos en un nuevo viaje, vas a necesitar un plan de juego.

Si una mañana te levantas y decides hacer algo para dejar de sentir que no perteneces al grupo, no puedes limitarte a decir: "Hoy voy a sentir que pertenezco al grupo". Ojalá fuera tan fácil, ¿verdad?

Si el objetivo es encontrar un sentimiento de pertenencia, necesita objetivos más pequeños que le lleven hasta allí, pasito a pasito.

Siéntate con un trozo de papel y concreta qué es exactamente lo que te hace sentir que no encajas.

Toma esto como ejemplo: "Siento que no pertenezco".

Imagina que tu amigo se te acerca y te dice eso de la nada. ¿Qué le dirías? ¿Podrías dar una solución a algo tan vago? Suena intimidante y demasiado grande para manejarlo y el problema parece más grande de lo que tiene que ser.

En su lugar, puedes decir algo como esto: "Siento que no pertenezco porque mis amigos y yo ya no tenemos nada en común".

Eso es un problema concreto, con una solución concreta adjunta. En lugar de decir "siento que no encajo en el trabajo", podrías decir "creo que no disfruto con lo que hago".

Cuando los pensamientos y las emociones se simplifican, es más fácil y menos aterrador gestionarlos.

Digamos que tienes una lista de razones simplificadas por las que sientes que no perteneces. El objetivo a largo plazo es sentir que perteneces. Tener esta lista te da la oportunidad de establecer objetivos a corto plazo que te acerquen a ese objetivo a largo plazo. Es como cortar un pretzel en trozos pequeños para que sea más fácil de tragar.

Ver también: Cómo perder el control: 26 consejos que funcionan de verdad

3) Construye tu vida en torno a tus valores

Estás leyendo esto porque sientes que no encajas. En este punto, has identificado qué es lo que te hace sentir así.

¿Qué es lo que no le gusta de su entorno actual?

  • Falta de intereses similares con las personas de tu entorno
  • Objetivos y prioridades diferentes
  • Diferentes energías y mentalidades
  • Personalidades que chocan en su entorno, incluida la suya
  • Desajuste con la cultura de la zona
  • Desajuste entre la carrera actual y la vocación ideal

Todo lo anterior (y mucho más) puede hacerte sentir como si no pertenecieras al grupo, porque puede que sientas que nadie te entiende, que nadie a tu alrededor te comprende de verdad.

Si es así, puede que tus relaciones y tu entorno físico te estén alejando de la vida ideal a la que perteneces.

La pregunta es, ¿y ahora qué?

Respuesta: reconstruye tu vida en torno a tus valores personales.

Tus valores determinan tus decisiones; conviértelos en los cimientos de tu vida.

¿Qué es importante para ti? ¿Qué te hace feliz? ¿En qué no transigirías?

Ya que estamos trabajando para encontrar tu lugar, es hora de hacer otra lista. Escribe todas las áreas de tu vida en las que aparecen tus valores.

Las áreas habituales serían el trabajo y la carrera profesional, las relaciones con la familia, la elección de amigos, las aficiones que practica en su tiempo libre, en qué gasta su dinero, si hace alguna obra de caridad y cualquier otro aspecto de su vida en el que sus valores desempeñen un papel.

Ahora identifique si alguna de esas áreas está desalineada con sus valores.

¿Tu trabajo no es algo que moralmente estés de acuerdo en hacer? ¿Crees que tu dinero podría gastarse más en causas en las que crees? ¿Realmente quieres a este grupo de amigos en tu vida?

Si necesitas una guía adicional para romper con las expectativas restrictivas, echa un vistazo a nuestra Masterclass de Poder Personal gratuita con el chamán de renombre mundial Rudá Iandê para recuperar el control de tu vida y empezar a vivir como quieres vivir.

Una vez que empieces a tomar decisiones intencionadas que te lleven a tu vida ideal, encontrarás pertenencia en el camino, junto con el propósito de tu vida.

Por ejemplo, has decidido empezar a buscar amigos que compartan las mismas creencias que tú.

Encuentra personas con los mismos intereses, las mismas creencias religiosas y políticas, y personalidades que vibren naturalmente con la tuya. Descubrirás que allí hay un sentimiento de pertenencia porque estás donde quieres estar y donde estás destinado a estar.

El truco está en expresarse: no se puede conocer a gente con ideas afines si no se comunica la personalidad, las creencias y los intereses de cada uno.

Puede que incluso tengas un amigo íntimo que no sabías que compartía la misma creencia sobre las piñas en la pizza y el sentido de la vida.

Si tienes suerte, también puedes encontrar por el camino a mejores amigos que apoyen de forma significativa tu sentido del yo.

Algo importante a tener en cuenta aquí es que no necesariamente tienes que pertenecer a esa única persona que consideras tu mejor amigo. No es realista esperar que una sola persona satisfaga todas tus necesidades de amistad y viceversa, por lo que es perfectamente saludable tener más de un mejor amigo.

Rodéate de lo que amas y de quién amas; la pertenencia vendrá después.

4) Aceptar y adaptarse al cambio

Puede que estés pensando que, después de todos estos años de amistad, tienes que pertenecer a este grupo concreto de amigos. Tienes que pertenecer a este lugar de trabajo. Tienes que pertenecer a esta comunidad.

La dura verdad es que todo cambia, y tú también.

No eres la misma persona que eras el año pasado; tus amigos no son las personas que eran cuando os conocisteis, tu lugar de trabajo no es el mismo en el que empezaste a trabajar, tu comunidad no es lo mismo que era cuando entraste en ella.

Todo evoluciona y, a veces, eso significa que las cosas tienen que terminar para dejar sitio a nuevos comienzos más adecuados.

Un ejemplo es, de nuevo, tu círculo de amigos. Si los conociste y te hiciste amigo de ellos hace cinco años, es posible que no sean las mismas personas de las que querías ser amigo

¿Siguen apoyando tus sueños? ¿Siguen aportando positividad a tu vida?

Ver también: 15 cosas que la gente quiere de sus relaciones

Si te das cuenta de que ya no quieres ser su amigo, no pasa nada. Las amistades se distancian debido a los cambios y eso está bien.

Del mismo modo que no quieres que tus amigos cambien lo que eres, también tienes que aceptarlos por lo que son y por lo que no son.

Lo mismo puede decirse de los demás ámbitos de su vida.

Es posible que tu trabajo no sea el mismo que tanto te ilusionó hace años y que tu comunidad no sea la misma a la que estabas deseando mudarte cuando eras más joven.

Acepta que los cambios ocurren y adáptate a ellos. Aquí es donde entra en juego tu papel.

Para encontrar tu lugar, tienes que estar abierto a adaptarte, no a cortar partes de ti como hemos dicho, sino a nuevas experiencias siempre que no se pierda la esencia de lo que haces.

Si sientes que no perteneces a tu espacio actual, sal de él. Esto significa salir de tu zona de confort y es algo para lo que debes estar preparado, pero no asustado.

5) Trabaja en ti mismo

Por último, esté dispuesto a trabajar también en usted mismo.

No importa a cuántos países te mudes o cuántos amigos nuevos hagas, si algo que necesita un ajuste en tu mentalidad y salud personal pasa desapercibido, vas a seguir sintiendo que no perteneces.

¿Cómo ha ido su salud mental? ¿Se ha sentido deprimido o ansioso? Éstos también pueden ser factores que influyan en su sentido de pertenencia y no deben descuidarse.

¿Sabes escuchar a las personas para entenderlas, no para responderles?

Tal vez sientas que no perteneces al grupo porque las personas que te rodean intentan llegar a ti pero no las oyes porque te has quedado esperando tu turno para interrumpir la conversación. Podrías tener más en común con ellos de lo que crees.

¿Eres realmente receptivo a las oportunidades que te rodean o tienes demasiado miedo a salir de tu zona de confort?

Si estás planeando buscar el lugar al que perteneces, tienes que hacer un esfuerzo intencionado para alejarte de donde estás actualmente. Di sí a las oportunidades de estar con otras personas y estate con ellas plenamente cuando tengas la oportunidad.

Es difícil plantearse estas preguntas porque puede que no nos gusten las respuestas, pero no encontraremos nuestro lugar si no nos planteamos incluso las preguntas más difíciles.

En definitiva, encontrar nuestro sitio puede suponer un esfuerzo, pero lo importante es recordar que ese esfuerzo no consiste en apretujarnos en lugares que no son para nosotros, sino en explorar las posibilidades de los lugares que están hechos para nosotros.




Billy Crawford
Billy Crawford
Billy Crawford es un escritor y bloguero experimentado con más de una década de experiencia en el campo. Le apasiona buscar y compartir ideas innovadoras y prácticas que puedan ayudar a las personas y las empresas a mejorar sus vidas y sus operaciones. Su escritura se caracteriza por una combinación única de creatividad, perspicacia y humor, lo que hace de su blog una lectura interesante y esclarecedora. La experiencia de Billy abarca una amplia gama de temas, incluidos los negocios, la tecnología, el estilo de vida y el desarrollo personal. También es un viajero dedicado, habiendo visitado más de 20 países y contando. Cuando no está escribiendo o viajando por el mundo, a Billy le gusta practicar deportes, escuchar música y pasar tiempo con su familia y amigos.