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¿Le cuesta decir no a un amigo que lo necesita?
¿Te encuentras constantemente echando una mano, aunque eso signifique sacrificar tu propio tiempo en Netflix?
Si es así, puede que seas una persona generosa y desinteresada.
Pero no se fíe sólo de mi palabra.
Pongamos a prueba tu altruismo con esta práctica lista de 10 signos de personalidad que gritan "soy un auténtico dador".
1) Siempre eres el primero en ofrecerte voluntario
Como un superhéroe que entra en acción en cuanto oye una llamada de socorro.
Tu generosidad y desinterés son realmente inspiradores, y todo el mundo sabe que si necesita ayuda, eres la primera persona a la que recurrirá.
Incluso cuando se trata de las tareas más pequeñas, siempre eres el primero en levantar la mano.
Como la vez en que se acabó el café en la oficina y te ofreciste a desafiar la naturaleza salvaje de la cocina de la oficina para preparar una cafetera nueva.
O el día en que alguien necesitó que le llevaras al aeropuerto y le ofreciste tu coche para que llegara a tiempo.
No eres sólo un voluntario, eres un Voluntario-Mucho.
Y eso es una insignia de honor que debes llevar con orgullo.
2) Las necesidades de los demás están siempre por encima de las tuyas
Vives tu vida como si cada día fuera #GivingTuesday, y que todas las personas tienen derecho a ser felices.
Ver también: Qué hacer cuando la vida es aburridaCrees en el poder de los pequeños actos de bondad para cambiar el mundo.
Puede ser algo tan sencillo como invitar a alguien a un café, o tan grande como ayudar a un amigo a mudarse de casa.
Se te ocurren constantemente formas de hacerlo, aunque sea algo que está fuera de tu zona de confort.
Como aquella vez que te ofreciste a ayudar a tu vecino con su huerto, aunque no tienes ni idea de jardinería.
O cuando te ofreciste a cuidar de los hijos de un amigo un fin de semana, aunque no tuvieras hijos propios.
Siempre estás dispuesto a ir más allá del deber.
Y eso es lo que te convierte en una persona verdaderamente generosa y desinteresada.
3) Eres una persona de palabra
Cuando haces una promesa, la cumples, pase lo que pase.
Siempre vas más allá, haces más de lo que se espera de ti, y eso es algo que te diferencia de los demás.
Puede que a veces les sorprendas con lo que haces, pero rara vez les decepcionas.
Tanto si se trata de una promesa para ayudar a un amigo como de un compromiso que has adquirido en el trabajo, siempre te estás esforzando por dar lo mejor de ti mismo.
Tu palabra es tu vínculo, y tus amigos lo saben.
No tienen que preocuparse de que te vayas o te eches atrás.
No rehúye la responsabilidad ni el trabajo duro, sino que lo asume con determinación y determinación.
4) La amabilidad es tu respuesta predeterminada a los demás
Eres como un osito de peluche, que siempre está ahí para dar un abrazo y hacer que todo vaya mejor.
Ver también: 10 consejos para ignorar a una chica que te ha rechazado y conquistarlaIncluso cuando la vida se pone dura y la gente se muestra difícil, siempre eres capaz de mantener la calma y responder con amabilidad y comprensión.
Rara vez levantarás la voz o insultarás a la gente, aunque se lo merezcan.
Eres más del tipo de persona de "poner la otra mejilla", que cree que todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Es como si buscaras constantemente lo mejor de las personas, incluso cuando están en su peor momento.
Como aquella vez que alguien te cortó el paso en el tráfico y tú sonreíste y saludaste con la mano en lugar de hacerle la pelota.
Eres todo lo contrario a un exaltado.
Y tu delicadeza es también la razón por la que te cuesta decir que no a la gente.
Lo explicaré mejor en el siguiente punto.
5) Le cuesta decir que no cuando alguien le pide ayuda
Es como si fueras un genio de la vida real, siempre dispuesto a ayudar y a hacer realidad los deseos de los demás.
Cuando alguien necesita que le echen una mano, es difícil rechazarlo.
Puede que tengas que aplazar algo, o hacer algo en tu tiempo libre, pero siempre encontrarás la manera de ayudarles.
Incluso si eso significa sacrificar tus propios planes y objetivos.
Como aquella vez que llevaste a tu amigo al trabajo, a pesar de que ese día tenías un plazo importante.
O cuando cruzaste la ciudad para entregar algo a alguien en tu hora del almuerzo, a pesar de tener cosas importantes que hacer por la tarde.
Tu naturaleza generosa y desinteresada es la razón por la que la gente se siente libre de pedirte ayuda.
Eres sensible y cariñoso con los que se sienten tristes o disgustados
6) Eres sensible y cariñoso con los que están tristes o disgustados.
Otro signo de la personalidad de una persona generosa y desinteresada.
No soportas ver a alguien pasar por un mal momento.
Te rompe el corazón ver a la gente enfadada y te dan ganas de hacer lo que sea para que se sientan mejor.
Cualquiera que esté pasando por un mal momento puede compartir sus problemas contigo, y saber que le escucharás.
Y cuando se sienten mal o tristes, siempre estás ahí para consolarles.
Se sienten cómodos abriéndose a ti porque saben que pueden confiarte sus sentimientos.
Eres como el mejor tipo de terapeuta porque no juzgas ni criticas.
Eres un verdadero amigo para tener en un día difícil.
7) Sabe escuchar
Su capacidad de escucha es extraordinaria.
Se le da de maravilla escuchar a la gente y dar su opinión sin criticarla ni juzgarla.
Les prestas toda tu atención y no les interrumpes ni les metes prisa.
Y te tomas el tiempo de escuchar cada historia y cada problema, por trivial que parezca.
¿Tu amiga necesita a alguien con quien despotricar sobre su ex novio tóxico?
¡Estás ahí!
Eres como una caja de resonancia.
Asentirás con la cabeza y darás tu opinión, y probablemente añadirás un par de chistes aquí y allá para aligerar el ambiente, haciendo que todo el proceso sea menos desalentador.
Tener el atributo de saber escuchar también te dota de la capacidad de dar consejos perspicaces.
Entraré en más detalles en mi siguiente punto.
8) Tienes talento natural para dar consejos
La gente acude a ti en busca de respuestas como una planta sedienta acude al agua.
Tienes un sexto sentido para averiguar lo que realmente está pasando, o tal vez simplemente tienes todas las respuestas.
En cualquier caso, no tienes miedo de decir lo que piensas, aunque no sea lo que tus amigos quieren oír.
Claro, puede escocer un poco.
Pero seamos realistas, endulzar las cosas es como poner nata montada en un sándwich de mierda.
Porque a veces, la verdad es como una bofetada en la cara, pero es mejor que un puñetazo en las tripas.
Por ejemplo, aquella vez que tu amiga te dijo que se estaba acostando con su jefe casado, temía que la cortaras como a un mal cupón, ¡pero no!
Sí, claro que le dijiste que no era precisamente lo más noble.
Pero seguiste a su lado, sin juzgarla, sin hacer preguntas.
9) Siempre buscas formas de devolver algo a la sociedad
Retribuir a la comunidad es como respirar para ti, es algo que tienes que hacer.
Eres de los que prefieren dar a alguien la camisa que recibir un regalo.
Ver el impacto positivo que tienes en los demás es como un golpe de pura alegría.
Como aquella vez que donaste tu ropa vieja a un albergue para indigentes y viste a un tipo con tu vieja camiseta "I love Poutine".
Fue como un momento de conexión cósmica.
Ayudar a los demás es como el power-up definitivo, es como un 1-up para el alma.
10) Eres como el último "vaso medio lleno" persona
Estás agradecido por todo lo que tienes y eso es lo que te convierte en la persona generosa y desinteresada que eres.
Eres uno de los afortunados de la vida.
¡Y lo sabes!
Te das cuenta de que mucha gente lo tiene más difícil que tú.
Aunque has pasado por momentos difíciles y has sufrido desengaños, sigues teniendo un corazón de oro y una actitud agradecida.
Comprendes que la vida no siempre es un tazón de cerezas, pero sabes mantener las cosas en perspectiva.
Como cuando se te estropea el coche, pero entonces recuerdas "al menos no es un coche de caballos" y eres capaz de reírte de ello.
Sabes que ser agradecido es como la salsa secreta de la felicidad.
Recibes lo que das
Claro, ser un donante suena cálido y difuso, pero puede ser duro.
¿Renunciar a tu valioso tiempo, dinero o incluso a una buena noche de sueño por otra persona?
No, gracias.
Pero, sinceramente, no todo es malo.
Ser una persona generosa y desinteresada puede ayudarte a construir una vida mejor y hacerte más feliz.
Además, seamos realistas, es agradable sentirse una buena persona, aunque sólo sea por un rato.
Sólo recuerda, no dejes que nadie se aproveche de tu amabilidad.
Establece esos límites y no temas decir "no" cuando alguien te esté tomando el pelo.
Y aunque eso signifique perderse algo, es mejor que aprovecharse de ello.
Así que, si te reconoces en estos rasgos, ¡enhorabuena! Eres un auténtico dador. Ser una persona dadivosa y desinteresada puede ser duro a veces, pero también es una de las experiencias más gratificantes que se pueden tener. Sigue repartiendo bondad y compasión allá donde vayas, y no tengas miedo de pedir ayuda cuando la necesites ¡El mundo necesita más gente como tú!
Y recuerda, ser desinteresado no significa no ser nunca egoísta, sino encontrar un equilibrio, en el que podamos dar y recibir cuando sea necesario y podamos mantener una buena relación con nosotros mismos y con los demás.