Qué hacer cuando la vida es aburrida

Qué hacer cuando la vida es aburrida
Billy Crawford

Incluso cuando estamos encerrados en casa, hay un océano de posibilidades para vivir una vida emocionante.

Sin embargo, estás sentado en casa como una patata muerta, aburrido de la vida.

¿Cómo ha llegado a ser así?

La vida puede sentirse emocionante, vibrante y completa. No necesitas estar fuera haciendo las cosas que solías hacer. Puedes superar el aburrimiento y volver a sentirte vivo haciendo algunas cosas sencillas de forma diferente.

Empieza por entender por qué tantos de nosotros nos sentimos aburridos de la vida.

La brutal verdad es que la sociedad actual nos hace adictos a cosas que provocan un aburrimiento prolongado. En este artículo, te explicaré cómo ha sucedido esto y cómo puedes, en última instancia, superar tu aburrimiento.

Sólo tienes una vida. Cuanto más tiempo pasas a la deriva, menos tiempo pasas realmente sintiéndote vivo. Vamos a cambiar eso, en primer lugar entendiendo lo que significa estar aburrido.

¿Qué significa estar aburrido?

Estás atrapado en casa, aburrido de la vida.

Cuando estás aburrido, aceptas fácilmente muchos elementos de tu vida. Quizá te aburre tu relación, tu pareja, tu trabajo, tu comida favorita o tus aficiones.

Los psicólogos han dado un nombre a este trastorno: adaptación hedónica. Se trata del fenómeno conductual que describe la tendencia humana a acostumbrarse lentamente a las cosas que hacemos una y otra vez.

La primera vez que experimentamos algo, nuestra reacción emocional es máxima.

A medida que seguimos experimentando lo mismo una y otra vez, la reacción emocional disminuye poco a poco, hasta que no hay reacción emocional alguna.

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Este es el punto en el que empezamos a sentir: "Esto es muy aburrido".

Probablemente lo estés experimentando ahora, mientras estás encerrado en casa.

Antes de explicarte qué puedes hacer para dejar de aburrirte, es importante que entiendas estas 5 razones por las que la sociedad actual te ha hecho la vida tan aburrida.

5 razones por las que el mundo moderno hace l ife aburrido

Vivimos en un mundo con mil canales, un millón de sitios web e innumerables videojuegos y películas y álbumes y eventos, con la posibilidad de viajar por todo el mundo y aprender idiomas y probar cocinas exóticas como nunca antes, la epidemia de aburrimiento en el mundo moderno parece oximorónica.

De repente, todo ha cambiado y estás atrapado en casa.

Incluso antes de esta crisis, muchas personas informaban de aburrimiento crónico y sentimientos de plenitud ¿Por qué ocurre esto?

He aquí 5 razones por las que el mundo moderno te ha predispuesto al fracaso:

1) Sobreestimulación

La mente humana es susceptible a la adicción por varias razones: la adicción bioquímica a la liberación de dopamina tras una experiencia placentera; la adicción conductual a repetir las mismas actividades y simplemente acostumbrarse a la rutina; la adicción psicológica a seguir el ritmo de las actividades para no sentirse socialmente excluido por los compañeros.

Éstas son sólo algunas de las razones por las que podemos volvernos adictos a cualquier cosa que nos apriete los botones lo suficiente y de la forma adecuada.

En este caso, hablamos de la adicción generalizada a la sobreestimulación.

La tecnología que poseemos nos estimula constantemente.

De los programas de televisión a los videojuegos, pasando por las redes sociales, las películas, los mensajes de texto, las fotos y todo lo demás que llena nuestras noticias sociales personales y nuestro tiempo durante todo el día, nunca nos falta entretenimiento en un mundo repleto de él.

Pero esta sobreestimulación ha puesto el listón demasiado alto.

Al estar sobreestimulados, nunca nos sentimos estimulados.

Sólo el máximo entretenimiento puede mantenernos en un nivel satisfactorio de estimulación, sencillamente porque nos hemos ahogado en él durante mucho tiempo.

2) Necesidades básicas satisfechas

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, el acceso continuado a las necesidades básicas de la vida no estaba garantizado.

La comida, el agua y el cobijo eran cosas por las que la mayoría de la gente siempre ha tenido que luchar, y los principios modernos como los derechos humanos básicos apenas se tenían en cuenta para la inmensa mayoría de la civilización humana.

Hoy en día, muchos de nosotros (o al menos los que estamos leyendo este artículo) no tenemos que preocuparnos tanto por lo básico para vivir: comida, agua y cobijo.

Puede que sigamos luchando por pagar las facturas, pero sólo en el peor de los casos tendremos que enfrentarnos a la realidad de pasar hambre, no tener agua suficiente y carecer de un lugar donde dormir.

Durante mucho tiempo, la lucha de la humanidad ha consistido en satisfacer estas necesidades humanas básicas, y así es como se han programado nuestras mentes.

Ahora que muchos de nosotros tenemos satisfechas estas necesidades básicas sin pasarnos el día entero trabajando para satisfacerlas, nuestro cerebro se ve obligado a preguntarse: ¿y ahora qué?

Es una nueva pregunta a la que muchos de nosotros aún nos esforzamos por dar respuesta. ¿Qué viene después?

Cuando ya no tengamos hambre, ni sed, ni hogar, cuando tengamos pareja y satisfacción sexual, y cuando tengamos una carrera estable... ¿y ahora qué?

3) Separación entre individuo y producción

Rudá Iandê sostiene que nuestro sistema capitalista ha despojado al ser humano de sentido:

"Hemos sustituido nuestra conexión con la cadena de la vida por nuestro lugar en la cadena productiva. Nos convertimos en engranajes de la máquina capitalista. La máquina se hizo más grande, gorda, codiciosa y enferma. Pero, de repente, la máquina se paró, dándonos el reto y la oportunidad de redefinir nuestro significado e identidad".

Para este punto, podemos echar mano de la teoría marxista y comprender el vínculo entre el individuo y lo que produce. En el mundo premoderno, existía una clara conexión entre tu papel como trabajador y el servicio o trabajo que prestabas.

Fuera cual fuera su profesión -agricultor, sastre, zapatero-, comprendía claramente su papel en la sociedad, ya que estaba directamente relacionado con el trabajo que realizaba y los artículos que producía.

Hoy en día, ese vínculo ya no está tan claro. Hemos creado empresas y corporaciones que desempeñan funciones aparentemente imaginarias. Ahora hay innumerables profesiones que, si se les pregunta: "¿Qué producen?", no pueden responder de forma sencilla.

Claro que podemos entender nuestro trabajo y la forma en que nuestras horas contribuyen al conjunto de la empresa.

Pero existe la alienación entre lo que hacemos y lo que producimos, que en muchos casos es nada.

Aunque trabajemos y consigamos un salario y reconocimiento en nuestra empresa y sector, no sentimos que estemos trabajando para crear algo real y tangible.

En última instancia, esto contribuye a la sensación de "¿qué estoy haciendo con mi vida?", que resuena en las personas que sienten que sus pasiones carecen de sentido porque el trabajo que realizan no crea nada que puedan imaginar realmente.

(Rudá Iandê es chamán y ayuda a la gente a recuperar el sentido de la vida. Imparte una clase magistral gratuita en Ideapod. Miles de personas han asistido y dicen que les cambia la vida. Compruébelo).

4) Expectativas poco realistas

Las redes sociales son un cáncer, no hay otra forma de decirlo. Nos llenan de sentimientos de FOMO, o Fear Of Missing Out (miedo a perderse algo).

Seguimos a millonarios y famosos y nos bombardean con imágenes y vídeos de sus increíbles vidas.

También seguimos a nuestros propios compañeros y vemos todo lo bueno que les pasa en la vida: vacaciones, ascensos profesionales, relaciones estupendas, etc. Y entonces nos vemos obligados a hacer una de estas dos cosas:

1) Seguir consumiendo el increíble contenido de las redes sociales, mientras poco a poco sentimos que nuestra propia vida es inadecuada.

2) Intentar competir con nuestros propios círculos sociales y publicar cosas aún mejores y más grandes para demostrar que tenemos una vida tan increíble como ellos.

En última instancia, conduce a un ciclo de expectativas poco realistas, en el que nadie vive su vida simplemente porque quiere vivirla, sino porque quiere que los demás sepan que la está viviendo.

Acabamos sintiendo que no podemos ser felices ni sentirnos realizados si no vivimos las vidas emocionantes, vibrantes y plenas de las personas a las que seguimos; vidas que, en la mayoría de los casos, serían imposibles de reproducir y que, en realidad, no son tan buenas como parecen en Internet.

No vemos nada de lo malo y una exageración de lo bueno.

Vemos las versiones curadas de la vida de la gente que ellos quieren que veamos, y nada de la negatividad, la decepción o las dificultades por las que puedan haber pasado. Y cuando comparamos nuestras vidas con las suyas, la nuestra nunca parece estar a su altura.

Finalmente, te rindes: te aburres porque no puedes competir con su felicidad porque has dejado que otros definan lo que significa la felicidad para ti.

5) No sabe lo que quiere

Y por último, quizá el punto más importante para la mayoría de los que nos enfrentamos al aburrimiento vital: sencillamente, no sabes lo que quieres.

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A la mayoría de nosotros no nos van bien las elecciones.

El mundo moderno nos ha dado a muchos la libertad de elegir y dictar los caminos de nuestras vidas, desde las carreras que elegimos hasta las parejas con las que nos casamos.

Tenemos la libertad de trabajar sólo 8 horas al día, en lugar de pasarnos todo el día fuera en la granja o de caza.

Tenemos el lujo de estudiar y trabajar donde queramos en todo el mundo, lo que nos deja un millón de posibilidades de seguir un millón de caminos distintos.

Este nivel de elección puede ser paralizante. Constantemente tenemos que preguntarnos: ¿he tomado la decisión correcta?

Cuando empezamos a sentirnos insatisfechos e incumplidos en nuestra vida, empezamos a dudar de las decisiones importantes que tomamos.

¿Estudié en el lugar adecuado? ¿Obtuve el título adecuado? ¿Elegí al compañero adecuado? ¿Elegí la empresa adecuada?

Y con tantas preguntas para tantas decisiones a nuestro alcance, basta con dudar un poco de algunas de ellas para empezar a sentir que algo ha ido mal en nuestras vidas en algún momento. Cuando esa duda se cuela, también lo hace el arrepentimiento.

Esto acaba envenenando todos los demás aspectos de nuestra vida, haciendo que la vida actual que estamos viviendo nos parezca inadecuada o insatisfactoria.

Superar el aburrimiento

Cuando llega el aburrimiento, nuestro instinto es salir al mundo y añadir cosas nuevas a nuestras vidas, lo cual es parte del problema.

La gente tiende a pensar que mudarse al otro lado del mundo, irse de fiesta o dedicarse a una nueva afición es la solución definitiva a una existencia aburrida.

Sin embargo, buscar nuevas experiencias no te da tiempo ni espacio para reflexionar sobre las cosas que tienes en tu vida.

Lo que estás haciendo es llenar tus días con más distracciones y más estímulos.

En realidad, cualquier cosa nueva y emocionante que adoptes se hará inevitablemente vieja.

Cada cosa nueva que hagas te aburrirá, porque la raíz del problema no está en las cosas que haces, sino en cómo las haces.

En última instancia, el aburrimiento es un síntoma de lo siguiente:

  • Tienes miedo de tus pensamientos
  • No sabes qué hacer con las pausas tranquilas
  • Eres adicto a los estímulos

Lo que la mayoría de la gente no entiende es que el aburrimiento es un estado del ser, un reflejo de cómo estás viviendo tu vida.

Incluso las personas más apasionantes del mundo se cansan de su vida después de haberse adaptado completamente a ella.

La solución al aburrimiento no es el escapismo. Para curar el aburrimiento, tienes que desafiar la autonomía en tu propia vida.

Emprender la próxima gran aventura no te ayudará a aburrirte, pero convertir tu vida cotidiana en una aventura sí lo hará.

Adaptación hedónica: cómo hacer que tu rutina sea emocionante

Para superar el aburrimiento, hay que superar la adaptación hedónica.

Cuando nos familiarizamos demasiado con nuestra rutina, olvidamos los pequeños detalles que la hacían tan agradable.

Adoptar una mentalidad más consciente te ayudará a encontrar nuevas alegrías en la vida y hará que lo viejo vuelva a parecer nuevo.

He aquí algunos ejercicios mentales que podrían ayudarle a superar la adaptación hedónica:

1) Tome una ruta diferente

Dar un vuelco a tu vida no tiene por qué implicar siempre un cambio drástico.

Puede ser tan sencillo como cambiar la ruta que toma para ir al trabajo y volver a casa. En lugar de tomar la misma ruta de autobús, elija una diferente que le permita contemplar distintos lugares de interés.

Esto da a tu cerebro la oportunidad de ver las cosas de otra manera, en lugar de mirar las mismas vallas publicitarias y los mismos anuncios que has visto mil veces antes.

Y cuando empieces a aburrirte de esa ruta, vuelve a la anterior. Te sorprenderán las cosas aparentemente nuevas que empezarás a notar una vez que te hayas dado un cambio de aires.

Por supuesto, mucha gente que está encerrada no va a trabajar en este momento, pero aún puede utilizar esta idea en casa.

En lugar de ir siempre por el mismo camino al supermercado, prueba a tomar una ruta diferente. Si sales a correr para hacer ejercicio, cambia el camino que sigues.

2) Haga buenas preguntas

Sustituye el típico "¿cómo estás hoy?" por algo nuevo y emocionante.

Hacer preguntas estimulantes tiene dos ventajas: en primer lugar, reta a tu cerebro a pensar de forma innovadora; en segundo lugar, estás involucrando a tu pareja, amigo o compañero de trabajo de una forma en la que no lo habías hecho antes.

En lugar de mantener la misma conversación rancia sobre los fines de semana, pregunta a la gente que te rodea cosas nuevas que nunca les habrías preguntado antes.

Apueste por preguntas extravagantes como "Si le permitieran comer una cocina en el mundo y nada más, ¿cuál sería?".

Esto le da la oportunidad de descubrir cosas nuevas sobre su círculo social, al tiempo que fomenta la curiosidad y el entusiasmo en su propia vida personal.

3) Deshágase de la oficina

Estar expuesto al mismo entorno durante demasiado tiempo contribuye al aburrimiento. Si trabajas en una oficina, plantéate pedirle a tu jefe algo de tiempo para trabajar desde casa.

Aproveche esta oportunidad para hacer llamadas, consultar el correo electrónico y realizar tareas de oficina en una agradable cafetería o salón.

Si salir de la oficina no es negociable, considere la posibilidad de reorganizar su escritorio y reestructurar su funcionamiento.

Se trata de obligar a tu cerebro a volver a prestar atención en lugar de ponerte en piloto automático.

Simplemente cambiando los cajones de todas tus pertenencias entrenará a tu cerebro para que preste más atención la próxima vez que vayas a coger la grapadora.

4) Comer con las manos

Una experiencia gastronómica tiene muchos componentes.

Nos gusta pensar que la calidad de la comida y el servicio son lo único que importa, pero lo cierto es que la experiencia también puede colorear cómo nos salga de la cabeza.

¿Te has preguntado alguna vez por qué es tan divertido comer comida china para llevar?

No es porque estés comiendo comida de estrella Michelin; probablemente sea porque estás sentado en el suelo, comiéndotela directamente de la caja con palillos.

Comer con las manos es un consejo que puede tomarse literal y metafóricamente.

La próxima vez que comas algo, deja los cubiertos y tómate tu tiempo para saborear cada bocado.

Siente la textura de lo que comes y piensa en cómo contribuye a la experiencia gastronómica en general.

Superar la adaptación hedónica consiste en encontrar la novedad en cosas que ya haces (como comer, desplazarte o trabajar) encontrando formas nuevas y extrañas de hacerlas.

Por qué te aburre la vida

Profundicemos un poco más en lo que significa aburrirse con ¿vida?

Significa que tu vida ha perdido el rumbo, que tus pasiones se han apagado, que tus héroes han desaparecido y que tus sueños y esperanzas ya no parecen importar.

Y no sabes qué hacer al respecto.

Aburrirse de la vida puede parecer que surge de la nada, pero nunca es así. Es más bien un proceso, pero uno que no reconoces que ha sucedido hasta que se ha hundido por completo.

El proceso requiere que se produzcan ciertos acontecimientos en tu vida, y una vez que hayas experimentado suficientes de este tipo de acontecimientos sin ocuparte verdaderamente de ellos, te encontrarás atrapado en el agujero conocido como "estar aburrido de la vida".

He aquí el tipo de experiencias que pueden llevarte a sentirte así:

  • Te han roto el corazón y estás demasiado cansado para volver a exponerte
  • Intentaste conseguir algo y fracasaste, así que ahora piensas que cualquier otra cosa que intentes acabará igual...
  • Un proyecto o una visión le importaban mucho y le apasionaban, pero le decepcionaron de alguna manera.
  • Llevas meses o años intentando cambiar tu situación para sacar más partido a tu vida, pero las cosas siguen interponiéndose en tu camino, impidiéndote avanzar
  • Sientes que se te acaba el tiempo para ser la persona que quieres ser; sientes que no eres la persona que deberías ser a esta edad
  • Otras personas que antes eran iguales a ti en cuanto a carrera o proyectos han cumplido tus sueños, y ahora sientes que tus sueños nunca fueron para ti
  • Nunca has sentido verdadera pasión por nada, y ahora tienes miedo de no sentir nunca lo que sienten los demás
  • Has vivido la misma vida y la misma rutina durante los últimos años y no ves que nada de eso vaya a cambiar pronto; esto te parece el resto de tu vida, y todo lo nuevo en tu vida se ha acabado...

Estar aburrido de tu vida es un sentimiento mucho más profundo que simplemente estar aburrido. Es uno que bordea una crisis existencial; a veces, es es un signo importante de una crisis existencial.

Y, en última instancia, tiene su origen en el conflicto interior al que todos nos enfrentamos: ¿es esto? ¿Es esta mi vida? ¿Es esto todo lo que estaba destinado a hacer?

Y en lugar de enfrentarnos a esas preguntas difíciles, las reprimimos y las escondemos, lo que nos lleva a sentirnos aburridos de la vida.

Hay preguntas y conflictos que sabemos que tenemos que abordar, pero tememos no tener el valor de afrontarlos, porque puede que no nos gusten las respuestas que tengamos que dar una vez que nos enfrentemos a esas preguntas de frente.

Tres tipos de aburrimiento

Según la budista Sakyong Mipham, de renombre mundial, existen tres tipos de aburrimiento, que son:

- Ansiedad: El aburrimiento ansioso es el aburrimiento alimentado por la ansiedad en su raíz. Utilizamos estímulos para mantenernos ocupados en todo momento.

Creemos que la diversión es algo que tiene que producirse mediante un estimulante externo -una actividad con otra persona- y no tenemos esos estimulantes externos, nos llenamos de ansiedad y pavor.

- Miedo: El miedo al aburrimiento es el miedo a uno mismo. El miedo a lo que nos llevaría no estar estimulados y a lo que podría ocurrir si permitimos que nuestra mente se siente en paz por una vez y piense.

Hay muchas personas que no soportan la idea de relajarse a solas con su mente, porque les obliga a hacerse preguntas con las que no quieren lidiar.

- Personal: El aburrimiento personal se diferencia de los dos primeros en que es más reflexivo y requiere que la persona analice lo que significa su aburrimiento en lugar de evitarlo por instinto.

Este tipo de aburrimiento se da en quienes comprenden que su aburrimiento no procede de la falta de estímulos externos, sino que proviene de su falta personal de capacidad para relacionarse con el mundo de forma interesante.

Nos aburrimos porque nuestros pensamientos son repetitivos y aburridos, no porque el mundo no pueda entretenernos.

El aburrimiento no es el problema

La próxima vez que se aburra, luche contra el impulso de reservar un viaje espontáneo a la playa o someterse a algún tipo de modificación corporal. Al fin y al cabo, el aburrimiento no es tanto un problema como un síntoma.

En general, lo que hace que el aburrimiento sea tan insoportable es que la gente lo trata como un problema. En realidad, no hay que escapar del aburrimiento.

El aburrimiento es una parte normal, si no inevitable, de la existencia de todo el mundo. No es un problema del que haya que escapar, sino una oportunidad para preguntarse: "¿Cómo puedo hacer las cosas de otra manera?".

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Billy Crawford
Billy Crawford
Billy Crawford es un escritor y bloguero experimentado con más de una década de experiencia en el campo. Le apasiona buscar y compartir ideas innovadoras y prácticas que puedan ayudar a las personas y las empresas a mejorar sus vidas y sus operaciones. Su escritura se caracteriza por una combinación única de creatividad, perspicacia y humor, lo que hace de su blog una lectura interesante y esclarecedora. La experiencia de Billy abarca una amplia gama de temas, incluidos los negocios, la tecnología, el estilo de vida y el desarrollo personal. También es un viajero dedicado, habiendo visitado más de 20 países y contando. Cuando no está escribiendo o viajando por el mundo, a Billy le gusta practicar deportes, escuchar música y pasar tiempo con su familia y amigos.