10 señales de que te has convertido en un esclavo de la empresa (y qué hacer al respecto)

10 señales de que te has convertido en un esclavo de la empresa (y qué hacer al respecto)
Billy Crawford

¿Alguna vez has sentido que tu vida es sonámbula?

Ir a la escuela, conseguir un trabajo, sentar la cabeza... Cada día puede empezar a parecerse a un enjuague y una repetición. Entonces, en algún momento, te das la vuelta y te preguntas para qué sirve todo esto.

Todos anhelamos la libertad en la vida. Queremos autodeterminación, autoexpresión, control sobre nuestro destino.

Pero muchos de nosotros acabamos sintiéndonos como una pieza del engranaje, alimentando un sistema que nos mastica y nos escupe.

Si te sientes sobrecargado de trabajo, infravalorado o incluso explotado, quizá te preocupe haberte convertido en un esclavo de la empresa.

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¿Qué quiere decir con esclavo corporativo?

Antes de empezar, definamos esclavo corporativo. Puede sonar un poco melodramático, pero un esclavo corporativo es alguien que trabaja duro para un empleador pero no recibe nada a cambio.

No son dueños de su trabajo, sino su trabajo de ellos.

Por supuesto, hay muchas personas que trabajan en empresas que adoran lo que hacen y han encontrado sentido a su trabajo, pero también hay mucha gente que odia su trabajo y se cambiaría gustosamente por cualquier otro.

Si no puedes decir que no a tu jefe, si te estás machacando hasta los huesos, si estás constantemente besando culos para tratar de impresionar, si sientes que estás atrapado en una carrera sin salida con muy poco propósito para tu día - entonces puede que seas un esclavo corporativo.

Aquí hay 10 señales fuertes de un esclavo corporativo:

¿Qué se siente al ser esclavo de una empresa?

1) Te da pánico ir a trabajar

Una de las mayores señales de ser un esclavo corporativo es simplemente sentirse como tal.

Tal vez te sientas atrapado. Es casi como si estuvieras atascado, pero no ves una salida. Quieres que tu vida laboral sea diferente. Quieres más. Pero, al mismo tiempo, te sientes impotente para crear el cambio.

Tu empleador te tiene en un barril. Te da el dinero que mantiene un techo sobre tu cabeza. Y por eso parece que tiene todo el poder.

No disfrutas con lo que haces. Puede que incluso te haga sentir náuseas en la boca del estómago al ir a trabajar cada día.

2) Está mal pagado

Obviamente, las finanzas son relativas. Lo que ganes dependerá de muchos factores, como el sector en el que trabajes y el lugar del mundo en el que vivas.

Pero si ganas menos dinero del que crees que deberías ganar, es probable que te estén pagando mucho menos de lo que mereces.

Si sientes que estás vendiendo tu alma todos los días y apenas llegas a casa con lo suficiente en tu cheque para llegar a fin de mes, entonces definitivamente estás siendo víctima del sistema.

3) Te avergüenza lo que haces

No sentirte orgulloso del trabajo que haces sugiere que tú tampoco lo estás:

a) No vivir tu potencial o,

b) tu trabajo no está en consonancia con tus valores fundamentales.

Para sentirnos satisfechos en el trabajo en lugar de utilizados, tenemos que sentirnos bien con lo que hacemos.

3) Tu trabajo carece de sentido

Es uno de los peores sentimientos darse cuenta de que pasas la mayor parte del tiempo haciendo algo que crees que no importa en absoluto.

Si durante la jornada laboral piensas "¿a quién le importa?", lo más probable es que tu trabajo carezca de sentido para ti.

Todos tenemos diferentes intereses, pasiones e ideas sobre lo que merece la pena, pero si tu trabajo carece de propósito, lo más probable es que te sientas como un esclavo de la empresa.

4) No tienes autonomía

La libertad es algo que todos valoramos mucho.

Ver también: 10 señales de que eres un genio creativo (aunque la sociedad te diga lo contrario)

Siendo realistas, todos tenemos que seguir las reglas hasta cierto punto. La sociedad tiene normas, tanto escritas como implícitas. Pero sin cierta autonomía, podemos empezar a sentir que nuestra vida no es nuestra.

Me di cuenta de lo importante que es la autonomía para no sentirse esclavo de una empresa después de ver el vídeo de Justin Brown "Cómo escapar de la carrera de 9 a 5 en 3 sencillos pasos".

En él, explica lo importante que es sentir que tienes la capacidad de tomar tus propias decisiones con el trabajo que realizas.

Sin eso, puede parecer que se nos pide que trabajemos como un robot, que nos limitemos a seguir las órdenes de otras personas.

Es sólo una de las ideas que ofrece sobre cómo tomar el control y encontrar más satisfacción y alegría en el trabajo. Eche un vistazo a su revelador vídeo para descubrir algunas herramientas increíblemente prácticas sobre cómo mejorar su vida laboral.

6) No tienes suficientes días libres o vacaciones

Si vives para los fines de semana, si ni siquiera recuerdas el último descanso de verdad que te tomaste, si un día por enfermedad empieza a parecerte un capricho, entonces el trabajo domina tu vida.

Nos han condicionado a creer que la mayoría de los trabajos requieren muchas horas. Aceptamos (aunque a regañadientes) que los empresarios ni siquiera te dejen tomarte una hora libre más cuando lo necesitas.

Y así, el ciclo de "todo trabajo y nada de diversión" continúa hasta que acabas quemándote.

7) Trabaja demasiado

Te quedas a deshoras y llegas pronto. Envías correos electrónicos a altas horas de la noche. Respondes a peticiones los fines de semana. Siempre estás cansado.

Estar sobrecargado de trabajo no sólo tiene que ver con las horas que dedicas, sino con sentirte energéticamente agotado por lo que haces.

Si tu jefe te carga constantemente con demasiado trabajo o te impone exigencias poco razonables, no es de extrañar que te sientas como un esclavo de la empresa.

8) No se le aprecia

No eres más que uno de tantos. No te sientes un individuo. Puede que tu jefe ni siquiera recuerde tu nombre.

Estás ahí para hacer un trabajo y parece que a tu jefe le importa muy poco tu bienestar, tu desarrollo o las luchas que puedas tener que afrontar en la vida.

Sentirse totalmente infravalorado en el trabajo es un signo inequívoco de ser un esclavo de la empresa.

9) Tu jefe es un poco tirano

"R-E-S-P-E-C-T. Averigua lo que significa para mí."

Una de las cosas más degradantes en el lugar de trabajo es tener un jefe o empleador que no te muestre respeto.

Todos merecemos tener dignidad. Todos merecemos que se nos hable con consideración y se nos trate con justicia.

Si tu jefe te menosprecia o reprende, tu lugar de trabajo no es un entorno propicio.

10) No tienes un buen equilibrio entre trabajo y vida personal

Si trabajas todas las horas que puedes y eso te deja muy poco para nada más, estás atrapado en la rueda de hámster de la vida.

Tu vida está desequilibrada. Gastas toda esa energía haciendo algo que no te gusta. Y como estás tan ocupado, no tienes tiempo para estar con la familia, los amigos o contigo mismo.

Tener un terrible equilibrio entre trabajo y vida privada es otro signo inequívoco de esclavitud corporativa.

¿Cómo liberarse de la esclavitud empresarial?

1) Averigüe cuál es su objetivo

La realidad de la sociedad en la que vivimos es que todos necesitamos ganar dinero para mantenernos a nosotros mismos y a nuestras familias. Aunque podemos desear que llegue un día utópico en el que no sea así, ahora mismo la inmensa mayoría de nosotros necesitamos tener trabajo.

Así que si tenemos que pasar tantas horas de nuestra semana centrados en el trabajo, lo mejor es que esas horas estén llenas de propósito, motivación y entusiasmo por lo que hacemos.

Entra: Descubrir tu propósito en la vida.

Encontrar nuestro propósito es el santo grial del trabajo para la mayoría de nosotros. Me gustaría pensar que yo he encontrado el mío y, a través de él, el sentido del trabajo que hago.

Pero antes de seguir, un pequeño descargo de responsabilidad. Esta es la verdad para mí...

No me levanto todos los días dando puñetazos al aire y gritando con entusiasmo "vamos a hacerlo". Algunos días me arrastro a regañadientes a las sábanas y me mentalizo para empezar a ser productivo.

Ahora admiro (y envidio un poco) a esas personas que dicen amar tanto el trabajo que no se cansan de él. Yo no soy esa persona, y no creo que la mayoría de nosotros lo seamos (¿o es que soy un cínico?).

En cualquier caso, para la inmensa mayoría de nosotros, simples mortales, vamos a tener días planos o frustrados, por muy alineados que nos sintamos con el trabajo que hacemos.

No creo que encontrar un propósito signifique que tu vida se convierta en una versión mágicamente perfecta, pero sí creo que hace que todo parezca mucho más ligero.

Tener entusiasmo por lo que haces, creas o aportas a este mundo aporta más estado de flujo y energía cargada a tu jornada laboral.

Saber que estás haciendo un buen uso de tus talentos y habilidades únicas te hace sentir más orgulloso.

Creer que uno marca la diferencia, por pequeña que sea, hace que todo valga la pena.

Para mí, ese ha sido el don de crear trabajo en torno a mi propósito.

Pero sé que, para muchas personas, descubrir su propósito en la vida es un campo minado. Puede resultar difícil saber por dónde empezar.

Por eso no puedo dejar de recomendar el vídeo de Justin "Cómo escapar de la carrera de 9 a 5 en 3 sencillos pasos".

Te explica la fórmula que utilizó para dejar su propia carrera empresarial y encontrar más sentido (y éxito), y uno de esos elementos es abrazar tu propósito.

Mejor aún, te dirá cómo identificar fácilmente tu propósito, incluso cuando no tienes ni idea.

2) Profundiza en tus creencias sobre el trabajo

Es fácil pensar que las cadenas de la esclavitud corporativa son vínculos externos, un síntoma de un sistema que escapa a nuestro control.

Pero lo que realmente nos mantiene atados a empleos insatisfactorios y trabajos sin sentido es interno.

Son nuestras creencias sobre el mundo y nuestro lugar en él. Tus creencias sobre tu valor y cómo puedes contribuir.

Eso es lo que nos lleva a vendernos mal, a subestimar nuestro potencial, a infravalorar nuestra importancia y a cuestionarnos si merecemos más.

La verdad es que estamos formados y moldeados desde una edad temprana.

El entorno en el que nacemos, los modelos de conducta que tenemos, las experiencias que nos tocan... todo ello forma las creencias silenciosas que establecemos.

Estas creencias silenciosas actúan en segundo plano y nos imponen un techo de cristal interno sobre cuánto ganamos o hasta dónde podemos llegar en nuestra carrera profesional, mucho antes de que se interponga cualquier obstáculo externo.

De familia muy "normal", mis padres dejaron los estudios a los 16 años y trabajaron todos los días de su vida en el mismo empleo hasta el día de su jubilación.

Esto influyó mucho en mis actitudes y creencias en torno al trabajo.

Creía que el trabajo era algo que había que hacer, no disfrutar. Decidí que había límites a lo que podía ser y hacer en la vida debido a mis antecedentes. Creé techos mentales sobre lo que era "mucho dinero" porque la gran riqueza no formaba parte de mi entorno.

No fue hasta que indagué realmente en mis actitudes, sentimientos y pensamientos sobre el trabajo que empecé a ver cómo estas creencias contribuían a mi realidad.

La libertad siempre empieza con la toma de conciencia.

3) Comprenda que tiene opciones

Siempre que nos sentimos atascados es muy fácil caer en el victimismo. Sé lo que es sentirse insatisfecho con la vida que uno lleva, pero sin ver ninguna salida clara.

Aunque no siempre tenemos la hoja de ruta exacta en nuestras manos, ayuda recordar que siempre hay opciones.

A veces esas opciones no son las que desearíamos tener, pero incluso si es la opción de aceptar y encontrar la paz con tu realidad actual mientras trabajas para crear una mejor, sigue siendo una opción.

Saber que puedes elegir te ayuda a sentirte con más poder en tu vida.

Ninguna elección es equivocada, pero tienen que estar alineadas. Así sabrás que las decisiones que tomas son para ti.

Personalmente, he descubierto que ayuda mucho averiguar cuáles son tus propios valores y remitirse constantemente a ellos. ¿Qué es lo que más te importa en este momento?

Puede que quieras relajarte y pasar más tiempo con la familia y los amigos, pero al mismo tiempo también quieres crear un nuevo negocio y reconoces que te va a llevar tiempo y energía.

Si odias el trabajo que haces, tienes opciones. Puedes solicitar otros empleos, intentar diversificar tus conocimientos, estudiar algo en tu tiempo libre.

Ser un esclavo de la empresa requiere un sentimiento de victimismo. Tomar decisiones basadas en tus prioridades te ayudará a evitarlo.

4) Crear límites más fuertes

Aprender a decir "no" es vital en todos los ámbitos de la vida, y el trabajo no es diferente.

Es fácil caer en el hábito de complacer a la gente, sobre todo cuando nos sentimos vulnerables. Nuestro sustento proviene del trabajo que hacemos.

No hay nada más vulnerable que depender de alguien para pagar el alquiler y llevar comida a la mesa, lo que hace muy tentador convertirse en un "hombre que sí" a expensas del propio bienestar o incluso de la cordura.

Crear límites firmes puede ayudarte a evitar convertirte en un esclavo corporativo. Eso podría incluir:

  • Trabaja las horas establecidas: no entres a trabajar temprano, sal a la hora y niégate a hacer horas extra no remuneradas.
  • No respondas a peticiones de trabajo en casa - No respondas a correos electrónicos ni a mensajes de texto. Puede esperar.
  • Aprende a decir "no" a tu jefe y a tus compañeros: "No, no puedo venir el sábado", "No, el viernes por la tarde no me viene bien porque es el recital de mi hija".
  • No asuma demasiadas cosas - Deje claro a su jefe que sólo dispone de un cierto número de horas al día. Y si él/ella quiere que haga algo más, entonces algo tendrá que ceder. "Ya estoy ocupado en un proyecto. ¿A cuál quiere que dé prioridad?".
  • Ten objetivos y normas realistas: conoce tus puntos fuertes y tus limitaciones o puntos débiles. No te exijas cosas que no son justas y tampoco permitas que lo hagan los demás, pues te aboca al fracaso.

5) Esforzarse por conciliar mejor la vida laboral y familiar

Puede que sea un tópico, pero es cierto. Nadie en su lecho de muerte piensa para sí: "Ojalá hubiera pasado más tiempo en la oficina".

Cuando llegue tu hora (espero que dentro de muchos, muchos años) y tu vida pase ante tus ojos justo antes de morir, sospecho firmemente que las largas noches dedicadas a hacer papeleo extra no van a ser las imágenes que te definan.

Eso no quiere decir que a veces no haya que hacer sacrificios para alcanzar nuestras metas y sueños, pero intentemos recordar por qué lo hacemos.

Tal vez sea para crearte una vida estable que nunca tuviste al crecer, tal vez sea para cuidar de las personas que más quieres, tal vez sea para permitirte todas las comodidades que deseas en la vida, o tal vez sea para ahorrar lo suficiente para viajar por el mundo y ampliar tus horizontes.

Pero mantener la perspectiva de las personas y las cosas que más importan en la vida puede ayudarnos a valorar un mejor equilibrio entre trabajo y vida privada.

Para concluir: ¿cómo no sentirse esclavo de una empresa?

Cuando empieces a sentir que tu vida laboral depende de ti y no únicamente de los demás, dejarás de sentirte como un esclavo de la empresa.

Hay muchas rutas para llegar hasta allí. Y por muy lejos que te parezca ahora mismo, puedes llegar si quieres.

Para obtener más ideas prácticas y una guía paso a paso para salir de la carrera de ratas, vea el vídeo de Justin.

Es una verdadera inspiración para cualquiera que desee crear una vida laboral basada en la contribución, el significado y el entusiasmo.

Comprende el camino porque ya lo ha recorrido.




Billy Crawford
Billy Crawford
Billy Crawford es un escritor y bloguero experimentado con más de una década de experiencia en el campo. Le apasiona buscar y compartir ideas innovadoras y prácticas que puedan ayudar a las personas y las empresas a mejorar sus vidas y sus operaciones. Su escritura se caracteriza por una combinación única de creatividad, perspicacia y humor, lo que hace de su blog una lectura interesante y esclarecedora. La experiencia de Billy abarca una amplia gama de temas, incluidos los negocios, la tecnología, el estilo de vida y el desarrollo personal. También es un viajero dedicado, habiendo visitado más de 20 países y contando. Cuando no está escribiendo o viajando por el mundo, a Billy le gusta practicar deportes, escuchar música y pasar tiempo con su familia y amigos.