Los 17 factores desencadenantes de la empatía y cómo manejarlos

Los 17 factores desencadenantes de la empatía y cómo manejarlos
Billy Crawford

Ser empático es un arma de doble filo.

Somos sensibles y experimentamos el mundo a un nivel más profundo, pero esa mayor conciencia también significa que nos desencadenamos con facilidad.

Un empático responderá a las emociones de quienes le rodean, aunque no sean visibles.

Cuando eres una persona empática, casi todo puede desencadenarte. Incluso las cosas más pequeñas pueden afectar a tu estado de ánimo, lo que puede hacer que te sientas abrumada y agotada.

Voy a compartir contigo los 17 principales desencadenantes para los empáticos y cómo he aprendido a manejarlos a lo largo de los años:

1) Estar rodeado de emociones fuertes

He descubierto que estar rodeado de personas muy emocionales es uno de los mayores desencadenantes para nosotros, los empáticos.

Ver también: Cómo evitar la falsa espiritualidad: 20 señales a tener en cuenta

Por ejemplo, si un amigo está atravesando una ruptura dolorosa, si alguien en el trabajo está estresado y enfadado, o incluso si la cajera de la tienda tiene un mal día, es imposible no captar su dolor y frustración y empatizar.

¿Qué tiene de malo la empatía? ¿No te convierte eso en una buena persona?

Bueno, por supuesto, gran parte de ser un ser humano decente es ser capaz de empatizar con el prójimo.

Dicho esto, si eres empático, ¡llevarás esto a un nivel completamente nuevo! Dondequiera que vayas y haya gente, captarás sus emociones. Si están contentos o tristes, no importa: tus emociones se desencadenarán por las suyas y déjame decirte que llega a ser súper agotador (si tú también eres empático, sabrás a lo que me refiero).

Entonces, ¿qué debes hacer? ¿Evitar a la gente?

Por supuesto, no debes evitar a las personas, pero debes tener cuidado cuando estés cerca de ellas, especialmente de las que experimentan emociones fuertes.

No querrás cargar con las emociones de todo el mundo además de las tuyas, lo que sólo te llevará al agotamiento.

Para protegerte de las emociones fuertes de los demás, debes crear límites.

En lugar de estar todo el tiempo rodeado de las emociones de otras personas, crea espacios seguros y de conexión a tierra para ti.

Así que si necesitas estar ahí para un amigo que está pasando por una ruptura, asegúrate de tomarte un tiempo para ti después de consolarlo. Ve a dar un paseo por el parque o, si puedes, haz una meditación rápida para centrarte.

Créeme, esto te ayudará a mantener tu energía antes de que vuelvas a desencadenarte. Realmente debes evitar que te desencadenen una y otra vez sin tomarte un tiempo de descanso.

2) El dolor y el sufrimiento ajenos

A menudo, los empáticos se sienten atraídos por las personas que sufren, ya sea porque quieren ayudar o porque eso resuena en su interior.

Piensa en ello:

Cuando ves que alguien sufre mucho, tú también lo sientes, ¿verdad? Quieres hacer que desaparezca, aunque eso signifique asumir ese dolor tú mismo.

Si te encuentras en una situación en la que alguien sufre y te sientes provocado por ello, lo mejor que puedes hacer es buscar una forma de ayudar.

Puedes ofrecer apoyo emocional o puedes tomar medidas para ayudar a esa persona o situación. Lo bueno de ayudar a alguien que sufre es que te hará sentir mejor y, una vez que esa persona deje de sentir tanto dolor, tú también lo sentirás.

Sin embargo, debes saber que no puedes ayudar a todo el mundo. Si te encuentras constantemente sintiendo el dolor de los demás y te cuesta desprenderte de él, puede que quieras buscar asesoramiento o terapia para trabajar tu propio dolor y encontrar una forma de sanar.

Personalmente, tengo un terapeuta al que veo dos veces al mes que me ayuda a lidiar con todo el dolor que siento y me ayuda a quitarme ese peso de encima.

3) Falta de soledad

No sé tú, pero cuando no tengo suficiente tiempo a solas, las emociones de los demás pueden ser increíblemente abrumadoras.

Parece como si te bombardearan constantemente las emociones de los demás, lo que puede dejarte exhausto.

He descubierto que establecer límites y aprender a imponerlos es una forma de controlarlo.

Tienes que hacer saber a la gente que necesitas tiempo a solas. Necesitas protegerte del ruido y las distracciones constantes del mundo.

Lo que pasa es que los empáticos prosperamos en soledad, es necesario para nosotros mantener nuestra energía limpia.

Créeme: tienes que cuidarte para poder cuidar a los demás.

Si no te tomas tiempo para recargarte, te quedarás sin energía y no serás bueno para nadie, y mucho menos para ti mismo.

4) Estar en un lugar con mucha gente o ruido

Una de las peores cosas para mí es estar en un lugar lleno de gente, con mucho ruido y luces fuertes: es una sobrecarga sensorial.

Los lugares como los centros comerciales o las calles abarrotadas son los peores; por eso odio ir de compras en Navidad. La gente grita, los niños chillan, estás rodeado por todas partes.

Vale, estas situaciones son estresantes para la mayoría de la gente.

Pero la cuestión es que estar rodeado de hordas de gente puede ser desencadenante, porque los empáticos son muy sensibles a la energía de los demás. Esto significa que cuanta más gente haya a tu alrededor, más energía estarás captando. Añade ruido y luces y otras distracciones y estarás agotado en un santiamén.

¿Cuál es la solución?

Bueno, puedes intentar evitar esos lugares siempre que sea posible, pero lo mejor sería aprender a lidiar con esas situaciones. Una forma de hacerlo es simplemente respirar...

Hace un tiempo descubrí unos ejercicios de respiración creados por el chamán Rudá Iandê que me han cambiado la vida.

Confía en mí, Rudá es el auténtico. Ha combinado años de experiencia en respiración con antiguas creencias chamánicas y ha diseñado una serie de ejercicios para ayudarte a ponerte en contacto con tu cuerpo y tu alma.

Hacer sus ejercicios de respiración con regularidad me ha ayudado mucho a relajarme, desestresarme y, en general, a sobrellevar mucho mejor mi empatía.

Por eso te recomiendo que veas su vídeo gratuito sobre la respiración.

5) Una situación que le recuerda traumas pasados

Estar en una situación que te recuerda traumas pasados puede ser increíblemente desencadenante para los empáticos.

Ni siquiera tienes que estar exactamente en el mismo lugar o con las mismas personas; la situación que rodea al trauma puede ser suficiente para desencadenarlo.

¿Qué puedes hacer?

Tienes que encontrar la manera de calmarte y comprender que estás a salvo y que no te va a pasar nada malo.

Es más fácil decirlo que hacerlo, lo sé.

Querrás marcharte en cuanto te lo provoquen y, si puedes, hazlo, pero no siempre es posible.

Imagina que estás a punto de acudir a una gran reunión de trabajo, algo que llevas meses preparando. Ahora, algo de camino a la reunión te dispara y empiezas a entrar en pánico.

¿Significa eso que debes irte y olvidarte de todo el trabajo duro que has hecho? Por supuesto que no.

Cualquiera que haya tenido que enfrentarse a un trauma en su pasado, sea empático o no, necesita enfrentarse a lo sucedido. Por eso es crucial hablar con alguien sobre la situación, ya sea un amigo o un profesional.

No puedes mantener tus emociones reprimidas o se enconarán y causarán daños. Y no puedes seguir huyendo cada vez que algo te recuerde tu trauma pasado, no si quieres funcionar en sociedad.

6) Otros empáticos en tu espacio

Normalmente, cuando tienes un nuevo amigo o interés amoroso, quieres que se sienta bienvenido en tu espacio.

Por desgracia, las nuevas personas también pueden ser grandes desencadenantes para los empáticos. Los nuevos amigos y amantes pueden abrumarte con sus emociones, y puede ser difícil limpiarte después de que se vayan.

Esto se debe a que sientes una fuerte conexión con ellos.

Y si estás saliendo con alguien que también es empático, debes tener aún más cuidado a la hora de establecer límites.

Estar cerca de otros empáticos puede ser una experiencia difícil, sobre todo si no saben controlar sus capacidades. Hazles saber que tú también eres empático y pídeles que respeten tus límites.

Si estás saliendo con otro empático, tienes que hacerle saber que te desencadenan sus emociones igual que a ellos les desencadenan las tuyas.

Tenéis que idear un sistema en el que cada uno tenga espacio para recargar pilas.

7) Caos constante

Un empático que se encuentra en una situación que cambia constantemente, no tiene estructura y no sigue un camino claro, probablemente se sentirá estresado y ansioso.

Cambiar constantemente de una cosa a otra sin ningún tipo de coherencia puede ser un gran desencadenante emocional.

Por ejemplo, hace poco tuve que cambiar de casa después de 10 años.

No sólo me mudé de piso, sino que también me fui de un barrio a otro, al otro lado de la ciudad. Eso desencadenó un montón de emociones. Han pasado dos meses y todavía estoy lidiando con ello.

Cuando ocurre algo así, cuando te encuentras en una situación caótica, la única forma de afrontarlo es encontrar algo que sea constante y aferrarte a ello.

Así que, en mi caso, con todo el equipaje y la mudanza y acostumbrándome a mi nuevo entorno, empecé a sentirme perdida. Pero entonces miré a mi alrededor y me di cuenta de que mi marido era una constante, mis perritos eran una constante, y que pasara lo que pasara y cambiara lo que cambiara, ellos seguían ahí y eso me ayudó a afianzarme.

Otra cosa que me ayuda es ir a mi antiguo barrio de vez en cuando y dar un paseo y ver a algunos viejos amigos. Me da equilibrio.

También puedes encontrar otras formas de enraizarte y calmar la mente (como la meditación y la respiración, que he mencionado antes).

Hay muchas formas de gestionar el caos constante, pero primero tienes que ser consciente de que te está provocando.

8) Ser testigo de violencia

Ser testigo de la violencia puede ser muy difícil para los empáticos.

Y ni siquiera tiene por qué ser de primera mano. Una noticia sobre la guerra o cualquier otro tipo de violencia activará las emociones de un empático y puede que incluso se olvide de dónde está por un segundo.

No se puede llevar una vida completamente protegida y es posible que de vez en cuando se sea testigo de algún acto de violencia.

Dicho esto, no hace falta que lo busques. Deja de ver las noticias. Eso es lo que hice yo.

Y si eres tan sensible que reaccionas ante la violencia de ficción, elige comedias para ver en la tele y ficción feliz para leer.

9) Falta de naturaleza y aire fresco

Perdería la cabeza si no tuviera la posibilidad de pasar tiempo en la naturaleza.

Cuando estoy en la naturaleza, recargo las pilas y me alejo de todo. Me siento en paz.

Si eres empático y pasas mucho tiempo en un lugar donde no hay fuentes de luz natural ni aire fresco -si trabajas en una oficina, una fábrica o cualquier otro espacio interior oscuro-, lo vas a pasar mal.

Los empáticos prosperan cuando están en la naturaleza, y la necesitan tanto como el agua.

Si no tienes acceso a un bosque o un espacio natural, tendrás que ser creativo. Por ejemplo, haz la pausa del almuerzo en el parque.

Cuando llegue el fin de semana, no lo pases durmiendo y viendo películas. Pasa los fines de semana al aire libre, fuera de la ciudad. Haz senderismo, monta en bici, báñate en el lago.

Tienes que asegurarte de pasar tiempo al aire libre. Esto te ayudará a poner los pies en la tierra y a mantener limpia tu energía.

10) Estar rodeado de gente tóxica

Como ya he mencionado, los empáticos somos muy sensibles a la energía de quienes nos rodean. Las personas tóxicas pueden absorber la alegría de una habitación y dejarnos exhaustos.

Por eso, si eres empático, es importante que reconozcas quiénes son esas personas y seas consciente de cómo te afectan.

Si te sientes agotado después de pasar tiempo con determinadas personas, quizá deberías plantearte limitar tu exposición a ellas.

También es importante tener en cuenta que las personas tóxicas pueden ser familiares, amigos o incluso compañeros de trabajo. Por eso tienes que pensar en una forma de estar cerca de ellos sin que drenen tu energía (porque son como vampiros energéticos).

Por ejemplo, quiero a mi abuela, pero es una persona muy difícil y después de escucharla más de 10 minutos empiezo a desquiciarme. Por eso, cuando la visito me aseguro de estar ocupada. Le friego los platos, le preparo la comida, me llevo a mis perros para que se comprometa con ellos en lugar de agotar mi energía. ¿Ves por dónde voy?

Tienes que evitar estar cerca de personas tóxicas o aprender a estar cerca de ellas sin desencadenarte.

11) Falta de límites

Tener unos límites adecuados puede ayudarte a evitar que los demás te provoquen.

Sin embargo, la mayoría de la gente no pone límites porque no quiere herir los sentimientos de los demás o teme ser rechazada.

Si tienes problemas para establecer límites, quizá quieras explorar las razones que hay detrás de ello. La falta de límites puede hacer que te sientas provocado no sólo por las emociones de los demás, sino también por sus palabras y acciones.

Yo misma tuve problemas para establecer límites al principio porque quería ser simpática y caer bien a todo el mundo. Con el tiempo, me di cuenta de que si quería mantener la cordura tenía que establecer algunos límites y atenerme a ellos.

12) Estrés

El estrés es una parte natural de la vida que puede ser útil cuando se gestiona adecuadamente.

Ver también: Cómo hacer que un hombre casado te quiera más que a su mujer: 10 pasos clave

Sin embargo, el estrés constante puede dejarte agotado y disparar tu naturaleza empática, lo que puede poner a prueba tu salud mental y desencadenar la fragilidad mental de un empático.

Es importante encontrar formas de controlar el estrés para evitar sentirse abrumado por él.

Para ello, puedes buscar formas positivas de expresar tus emociones: escribir un diario, hacer ejercicio y pasar tiempo con tus seres queridos. También puedes meditar a diario y ver los vídeos de respiración que he mencionado.

Y si eso no te ayuda, no tengas miedo de hablar con un terapeuta, están ahí para ayudar, no para juzgar.

13) Personas falsas

¿Hay algo peor que la gente falsa?

Las personas falsas pueden ser increíblemente difíciles de evitar. Y la mayoría de la gente ni siquiera sabe que está en presencia de personas falsas porque suelen ser muy hábiles fingiendo ser tus amigos.

Sin embargo, cuando eres empático, puedes detectar a estas personas fácilmente.

Estar rodeado de gente falsa me dispara. Me dan ganas de gritar: "Sé tú mismo, di lo que quieres decir, ¡NO INTENTES GUSTARME!".

Prefiero que alguien me diga lo que realmente siente por mí a tener que sufrir sus farsas.

14) Ver sufrir a los animales

Me encantan los animales, por eso tengo cinco perros y seis gatos.

Los animales son inocentes y verlos sufrir es muy doloroso para nosotros, los empáticos.

Por eso, la mayoría de los refugios y santuarios de animales están dirigidos por personas empáticas.

Aunque salvar animales es una causa muy noble que llevo en el corazón, es importante que un empático recuerde que no puede salvar a TODOS los animales.

Cuando decides rescatar animales, es fácil frustrarse y centrarse en todos los animales que no puedes salvar y olvidarte de todos los animales que has salvado, ayudado y colocado en nuevos hogares.

Así que céntrate en ayudar a los animales a los que puedes ayudar y reconoce cómo has transformado sus vidas y qué gran cosa es eso.

15) Personas decepcionantes

Los empáticos son conocidos por tomarse los comentarios y las críticas como un ataque personal. Se lo toman muy a pecho y sienten la necesidad de defenderse.

A lo largo de los años he aprendido a aceptar mejor las críticas, pero a veces me cuesta aceptarlas, aunque sean constructivas y provengan de alguien que me quiere.

Cuando eres empático, puedes sentir que siempre estás decepcionando a la gente porque eres muy sensible y asumes las emociones de los demás.

Esto puede llevarte a evitar situaciones en las que podrías decepcionar a alguien, lo que a su vez puede llevarte a la soledad porque no estás dando un paso hacia tu propósito.

La mejor manera de manejar este desencadenante es aceptar que no se puede hacer todo. No se puede complacer a todo el mundo y no se puede evitar decepcionar a la gente. Es una parte normal del ser humano.

16) Sentirse abrumado por demasiadas tareas

A los empáticos se les da muy bien hacer las cosas y ser productivos, pero hay algo que no se les da muy bien: poner límites.

A menudo sienten que tienen que asumir demasiadas tareas, y luego se sienten culpables cuando no pueden completarlas.

Tienes que conocer tus límites y aprender a no sentirte culpable cuando no puedes hacerlo todo.

También es importante entender que ser productivo no es lo mismo que estar ocupado.

17) Tiempo creativo insuficiente

Muchos de nosotros, los empáticos, somos personas creativas que tenemos un rico mundo interior.

Sin embargo, esta creatividad puede verse frenada por tener demasiadas obligaciones. Y cuando un empático no tiene tiempo para ser creativo, esto puede disparar sus emociones.

Es importante dedicar tiempo a la creatividad. Puede ser algo tan sencillo como dar un paseo con el cuaderno de dibujo o escribir historias cortas.

Sea lo que sea, dedica tiempo a tu creatividad y te ayudará a lidiar con los desencadenantes emocionales que conlleva ser una persona empática.

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Billy Crawford
Billy Crawford
Billy Crawford es un escritor y bloguero experimentado con más de una década de experiencia en el campo. Le apasiona buscar y compartir ideas innovadoras y prácticas que puedan ayudar a las personas y las empresas a mejorar sus vidas y sus operaciones. Su escritura se caracteriza por una combinación única de creatividad, perspicacia y humor, lo que hace de su blog una lectura interesante y esclarecedora. La experiencia de Billy abarca una amplia gama de temas, incluidos los negocios, la tecnología, el estilo de vida y el desarrollo personal. También es un viajero dedicado, habiendo visitado más de 20 países y contando. Cuando no está escribiendo o viajando por el mundo, a Billy le gusta practicar deportes, escuchar música y pasar tiempo con su familia y amigos.