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Tienes un compañero de piso que parece no salir nunca de su habitación. Al cabo de días o semanas, anhelas pasar un rato a solas sin su presencia constante. Poco a poco, sientes que estás perdiendo la paciencia con él. Después de todo, ¿por qué no puede marcharse sin más?
Si esto le suena a usted, sepa que no está solo. Yo mismo he estado en una situación muy parecida, y créame, ¡no es inútil! Hay muchas medidas que puede tomar para resolver este problema.
Estos son los 8 pasos que me ayudaron en mi situación:
1) Compruebe si hay signos de enfermedad mental
Pongo este paso como número uno, ya que las enfermedades mentales pueden ser una de las principales razones por las que alguien decida quedarse en su habitación todo el día.
Tres enfermedades mentales que vienen inmediatamente a la mente cuando se piensa en alguien que no sale de su habitación son la depresión, la ansiedad y la agorafobia.
Depresión
La depresión puede ser una de las razones por las que tu compañero de piso no quiera salir de su habitación, lo que no significa que tenga que ser grave, puede que sólo esté ligeramente deprimido.
Los signos de que tu compañero de piso puede estar deprimido son:
- Parecen tristes o deprimidos la mayor parte del día, casi todos los días.
- No parecen disfrutar de las cosas que solían gustarles.
- Su peso y apetito cambian drásticamente
- Tienen problemas para dormir o duermen demasiado
- No tienen mucha energía, ni física ni mentalmente.
- No se mueven mucho, o se mueven mucho por inquietud
Para más información, puedes consultar páginas web médicas como WebMD Diagnóstico de la depresión.
Trastorno de ansiedad social
Algo que podría ser el motivo de que tu compañero de piso no salga de la habitación es un trastorno de ansiedad social. Especialmente en entornos como la universidad, la idea de salir de la habitación y encontrarse con montones de desconocidos puede resultar abrumadora.
Ver también: Cómo alejarte para que te desee: 20 pasos esencialesHay muchas causas de ansiedad social, así que si no conoces muy bien a tu compañero de piso y su historial, puede ser un tiro en la oscuridad.
Para encontrar recursos útiles, consulte sitios web médicos como WebMD Social Anxiety Disorder.
Agorafobia
Si nunca has oído hablar de esto, no te preocupes, antes de mi situación con mi compañero de piso, yo tampoco lo había hecho. La agorafobia es el miedo a salir y estar fuera en el mundo.
Esto puede manifestarse como miedo intenso o incluso ataques de pánico al salir a la calle.
Sitios web como WebMD Agorafobia le dará un poco más de información en profundidad acerca de esta enfermedad mental.
¿Qué puedes hacer cuando tu compañero de piso muestra signos de enfermedad mental?
No eres un especialista en salud mental, ni falta que hace. Cuando sospeches que el motivo por el que tu compañero de piso se pasa el día encerrado es una enfermedad mental, decídete por hablar con él o por pedir ayuda a un profesional.
Cuando hables con ellos, ten en cuenta que no debes culparles por no salir de la habitación. Sé todo lo compasivo y empático que puedas.
No centres la conversación en cómo te hace sentir a TI que ellos no se vayan, y haz hincapié en que estás preocupado por ellos y quieres ayudar.
Sé un buen oyente. De este modo, tu compañero de piso podrá hablar de lo que le ocurre y tú podrás ofrecerle apoyo emocional. Al hacerlo, también podrías averiguar por qué exactamente no sale nunca de su habitación y entablar una conversación al respecto.
Ofrézcales algunos recursos de Terapia Online, como BetterHelp, para que puedan hablar con un profesional titulado desde la comodidad de su habitación.
Especialmente cuando se trata de uno de estos problemas de salud mental, acudir a terapia puede resultar aún más desalentador. Por eso, los servicios en línea son una gran alternativa.
Si nada cambia, o si estás muy preocupado por tu compañero de piso, considera la posibilidad de acudir a un profesional. Además, si lo necesitas, busca el apoyo de buenos amigos con los que puedas compartir tus preocupaciones.
Las enfermedades mentales son comunes, y estamos en un momento en el que, afortunadamente, podemos ser más abiertos al respecto. Eso no significa que debamos subestimarlas, ¡hay que tomárselas en serio!
2) Piensa qué otras razones puede haber para que se queden en su habitación todo el día.
Si la salud mental está fuera de juego, intenta pensar qué otra razón puede haber para que tu compañero de piso se quede dentro todo el día.
¿Quizá no tienen amigos en la zona con los que salir? ¿O tienen alguna enfermedad o limitación física que les impide salir? ¿Son simplemente hogareños?
Ver también: 10 señales de advertencia de que tu pareja está perdiendo los sentimientos por ti (y qué hacer)Cuando aún no conoces muy bien a tu compañero de piso, puede ser difícil averiguar cuál puede ser el motivo de que esté todo el tiempo dentro de casa. Pero después de unas cuantas conversaciones, no debería ser demasiado difícil hacerse una idea general.
Si se acaban de mudar a la ciudad, puede ser que se sientan solos y no hayan encontrado amigos todavía, lo que me lleva al siguiente paso:
3) Conseguir que otras personas les inviten a salir
Si la razón por la que están en casa todo el tiempo es que aún no han encontrado amigos, una gran idea para ayudarles sería convertirse en casamenteros.
Si conoces a gente a la que crees que podrían gustarle, pregúntales si pueden invitar a salir a tu compañero de piso.
A lo mejor tu amigo juega al mismo videojuego que tu compañero de piso o ve los mismos programas: ¡podría ser el principio de una nueva amistad!
Pedir a otras personas que inviten a salir a tu compañero de piso puede ser muy agradable y, al final, todos salimos ganando: tú pasas más tiempo a solas y él hace nuevos amigos.
4) Hazte amigo de tu compañero de piso
Probablemente, ésta debería ser una de las primeras medidas que puedes tomar para que la situación mejore para ambos.
Hacerte amigo de tu compañero de piso te ayudará a llevarte mejor con él y, además, te permitirá entenderle un poco mejor para solucionar los problemas de convivencia.
Invítalos a hacer cosas y entabla una buena relación con ellos. Sé genuinamente positivo y quizá incluso puedas ayudarles a salir de la habitación con el tiempo.
Por supuesto, puede ser realmente difícil no estar molesto con tu compañero de piso si nunca puedes tener tiempo a solas por su culpa, pero odiarse hará más mal que bien.
No todo el mundo será un buen partido para una amistad, por supuesto, y eso está bien. Si te esfuerzas y notas que no os lleváis muy bien, al menos mantén las cosas positivas entre los dos. No necesitas ser amigo de alguien para ser amistoso.
5) Habla del tema con ellos y ten preparado un calendario
Si ninguna de estas cosas parece funcionar, puede que tengas que sentarte y mantener una conversación seria con tu compañero de piso, abordando directamente el problema en cuestión.
Hay que tener en cuenta algunas cosas para esta conversación:
Sé amable, pero severo. Tienes tanto derecho a la habitación como ellos, así que pedir un rato a solas es más que válido.
Hazlo en persona. Este tipo de conversaciones no suelen salir bien por mensaje de texto. En primer lugar, a tu compañero de piso le resultará fácil desentenderse del tema y cambiar de conversación, pero también puede tratarse de algo emotivo, y poder hablar cara a cara os ayudará a ambos a llegar a un acuerdo.
Establece un horario fijo. Lo sé, lo sé, esto puede sonar extremo, pero si lo has intentado todo y nada parece cambiar, ¡ésta puede ser tu mejor opción!
Ser vago sobre el tema y decir cosas como "tengo la sensación de que estás aquí todo el tiempo" probablemente no cambie mucho las cosas. En lugar de eso, acércate a ellos de una forma amable y amistosa, que deje poco espacio para la discusión. Podrías decir algo parecido a esto:
"Sé que es un poco raro e incómodo hablar de esto, y que te gusta mucho nuestra habitación, por eso te quedas aquí muchas veces, pero siento que me falta algo de tiempo a solas y me está pasando factura en mi bienestar y salud mental. ¿Podemos arreglar algo, de forma que yo tenga la habitación durante XYZ horas los días XYZ por ejemplo, y tú la tengas en ABC horas?".
Por supuesto, tener que fijar un horario puede parecer una locura al principio, pero puede ser muy útil. Además, garantiza que tu compañero de piso se atenga a lo acordado. Al fin y al cabo, es mucho más probable que cumplamos los hábitos cuando tenemos planes concisos.
Si tu compañero de piso está de acuerdo en establecer un horario, sé flexible y atiende también a sus necesidades en lugar de exigir determinados horarios.
6) Crear más intimidad en la habitación
Si no consigues que tu compañero de piso se vaya, puedes atenerte al dicho "improvisa, adáptate, vence".
Una buena forma de hacerlo en esta situación es simplemente transformar un poco tu habitación. Si tienes espacio suficiente, hazte con una librería o una cómoda y colócala entre los dos.
También puedes poner algunas cosas altas en tu escritorio, para crear esa especie de separación.
Otra forma estupenda de transformar una habitación en dos partes separadas es utilizar un biombo como los que suelen tener en las oficinas. Hay muchos entre los que elegir y puedes comprarlos en la mayoría de las tiendas de material de oficina. También puedes hacerte con unos biombos de tela baratos que puedes poner alrededor de la cama para tener más intimidad.
Si te decides por esta opción, recuerda que también tienes que crear un espacio psicológico. Cuando estés en tu parte de la habitación, intenta bloquear a tu compañero lo mejor que puedas. Haz tus cosas y actúa como si no estuviera. De lo contrario, te sentirás igual de atrapado que antes, sólo que en un espacio más pequeño.
7) Encuentre su propio espacio en otro lugar
Si todo lo demás falla, puedes ir a buscar sitio a otro sitio.
Por supuesto, es posible que no puedas conseguir tu propia habitación por diversas razones (después de todo, por algo tienes un compañero de piso), pero eso no significa que no puedas encontrar tu propio espacio.
Haz tuya una zona pública, ya sea una biblioteca, una cafetería, un parque o cualquier otro lugar tranquilo que se te ocurra.
Esto es muy útil porque te dará la sensación de que, pase lo que pase, siempre tienes un espacio seguro al que escapar cuando te sientas abrumado.
8) Solucionarlo lo antes posible
No espere a hablar de ello. Por supuesto, puede parecer mucho más fácil dejar el tema estar y esperar que las cosas mejoren por sí solas, pero la mayoría de las veces estas cosas no se resuelven por sí solas.
Tu habitación es tu santuario, es tu hogar. Cuando no te sientes a gusto en ella o no tienes tiempo a solas, es difícil sentirse seguro.
Si hablas de este tema enseguida, evitarás que la situación se vuelva muy incómoda, ya que los hábitos aún no se han establecido (al menos no demasiado).
Salir de la habitación de vez en cuando es una parte normal de ser compañero de piso. Cuanto antes lo establezcáis los dos, mejor.
No te rindas
Por muy abrumadora que pueda parecer esta situación al principio, sepa que mejorará. Puede seguir todos estos pasos para ayudar a su compañero de piso a salir más de su habitación y a llevar una vida en común tranquila y apacible.
Vivir con alguien es cuestión de compromiso. De este modo, ambos podréis sentiros seguros y como en casa. No sacrifiques tus necesidades por una comodidad temporal. Sí, tomar estas medidas no siempre es divertido, pero a la larga valdrá la pena, y tu relación con tu compañero de piso podría incluso mejorar drásticamente, ¡ya que habrá menos tensiones!