¿Qué es la autoindagación espiritual? Todo lo que necesita saber

¿Qué es la autoindagación espiritual? Todo lo que necesita saber
Billy Crawford

¿Quién soy yo?

¿Quién es usted?

¿Cuál es el propósito de nuestras vidas y qué podemos hacer en ellas que tenga sentido y sea duradero?

Parecen preguntas estúpidas, pero pueden ser la clave de una existencia satisfactoria y que merezca la pena.

El método crucial para explorar estas cuestiones es la autoindagación espiritual.

¿Qué es la autoindagación espiritual?

La autoindagación espiritual es una técnica para encontrar la paz interior y la verdad.

Aunque algunas personas la comparan con la meditación o con las prácticas de atención plena, la autoindagación espiritual no es una práctica formal con una forma establecida de hacer las cosas.

Es una simple pregunta que inicia el desarrollo de una experiencia profunda.

Sus raíces se encuentran en el antiguo hinduismo, aunque también lo practican muchas personas de la Nueva Era y comunidades espirituales.

En Ejercicios de atención plena notas:

"La autoindagación fue popularizada en el siglo XX por Ramana Maharshi, aunque sus raíces se encuentran en la India antigua.

"La práctica, que en sánscrito se denomina atma vichara es una parte importante de la tradición Vedanta Advaita".

1) La búsqueda de lo que realmente somos

La autoindagación espiritual consiste en buscar quiénes somos realmente.

Puede realizarse como técnica de meditación o simplemente como una forma de centrar nuestra atención, en la que descubrimos las raíces de nuestro ser y su realidad.

"Dirigir la luz hacia el interior y emprender el camino de la autoindagación es un método de meditación sencillo pero poderoso", escribe Stephan Bodian.

"Tanto el estudio del koan como la pregunta "¿Quién soy?" son métodos tradicionales para pelar las capas que ocultan la verdad de nuestra naturaleza esencial del mismo modo que las nubes oscurecen el sol".

Muchas cosas nos ocultan la verdad: nuestros deseos, nuestros juicios, nuestras experiencias pasadas, nuestros prejuicios culturales.

Incluso el mero hecho de estar muy agotados o irritables puede impedirnos ver las profundas lecciones que el momento presente tiene que enseñarnos.

Estamos tan atrapados en el estrés, las alegrías y la confusión de la vida cotidiana que a menudo perdemos de vista nuestra propia naturaleza o el sentido de toda esta farsa.

Al dedicarnos a la autoindagación espiritual, podemos empezar a descubrir raíces más profundas en nuestro interior que facilitan la paz interior.

La autoindagación espiritual consiste en aquietar la mente y permitir que la pregunta central "¿quién soy yo?" comience a abrirse camino a través de todo nuestro ser.

No buscamos una respuesta académica, buscamos una respuesta en cada célula de nuestro cuerpo y de nuestra alma...

2) Despeja las ilusiones en las que vivimos

La idea de que vivimos bajo una especie de ilusión mental y espiritual es común en muchas religiones.

En el Islam se llama dunya o mundo temporal, en el budismo se llama maya y kleshas y en el hinduismo, nuestras ilusiones son vasanas que nos llevan por mal camino.

El cristianismo y el judaísmo también tienen ideas acerca de que el mundo mortal está lleno de ilusiones y tentaciones que nos alejan de nuestros orígenes divinos y nos hunden en la miseria y el pecado.

El concepto esencial es que nuestras experiencias y pensamientos temporales no son la realidad última ni el significado de nuestra vida aquí.

Básicamente lo que son estos conceptos, es que son ideas de nosotros mismos y de quiénes somos y qué queremos que nos mantienen atrapados.

Son las "respuestas fáciles" que utilizamos para apaciguar nuestro corazón inquisitivo y decirle a nuestra alma que vuelva a dormirse.

"Soy un abogado de mediana edad felizmente casado y con dos hijos".

"Soy un nómada digital aventurero que busca la iluminación y el amor".

Sea cual sea la historia, nos tranquiliza y simplifica en exceso, encajándonos en una etiqueta y una categoría en la que nuestra curiosidad queda saciada.

En cambio, la autoindagación espiritual nos dice que no nos cerremos.

Nos permite tener espacio para permanecer abiertos y seguir abiertos a nuestro ser puro: ese sentimiento de existencia o "verdadera naturaleza" que no tiene etiquetas ni contornos.

3) Reflexionar sin juzgar

La autoindagación espiritual consiste en utilizar nuestra percepción para observar objetivamente nuestra existencia.

Las etiquetas empiezan a desprenderse mientras nos situamos en medio del tornado y tratamos de descubrir lo que aún queda justo en el centro.

¿Quiénes somos realmente?

Hay todo tipo de formas de juzgar quiénes podríamos ser, deberíamos ser, podríamos ser, seríamos...

Podemos mirar nuestro reflejo o "sentir" quiénes somos a través de nuestro cuerpo y nuestra conexión con la naturaleza.

Todos estos fenómenos son válidos y fascinantes.

Pero, ¿quiénes somos realmente detrás de todas las experiencias y pensamientos interesantes, las sensaciones, los recuerdos y los sueños?

La respuesta que llega no es, invariablemente, una respuesta intelectual o analítica.

Es una respuesta experiencial que resuena en nosotros y reverbera, como lo hizo para nuestros antepasados.

Y todo empieza con esa sentida reflexión y esa sencilla pregunta: "¿quién soy yo?".

Como explica la terapeuta Leslie Ihde:

"La reflexión es una herramienta maravillosa que es nuestro derecho de nacimiento.

"Sin caer en la distancia psíquica ni dejarnos arrastrar por torrentes de emoción, podemos asomarnos al centro de sus preocupaciones más peligrosas y preciadas.

"Como estar en el ojo de una tormenta, con la percepción todo se calma. Es aquí donde encontraremos el misterio de quién eres, y de quién te has creído que eres".

4) Desaprender los mitos espirituales que compraste por verdades

La autoindagación espiritual no puede ser completa a menos que repases todo lo que sabes sobre espiritualidad y cuestiones lo que sabes.

Ver también: La verdadera razón por la que sueñas con zombis por la noche (guía completa)

Así que, en lo que respecta a tu viaje espiritual personal, ¿qué hábitos tóxicos has adquirido sin saberlo?

¿Es la necesidad de ser positivo todo el tiempo? ¿Es un sentimiento de superioridad sobre los que carecen de conciencia espiritual?

Incluso los gurús y expertos bienintencionados pueden equivocarse.

¿El resultado?

Acabas consiguiendo lo contrario de lo que buscas. Haces más por perjudicarte que por curarte.

Incluso puedes herir a los que te rodean.

En este revelador vídeo, el chamán Rudá Iandé explica cómo muchos de nosotros caemos en la trampa de la espiritualidad tóxica. Él mismo pasó por una experiencia similar al comienzo de su viaje.

Pero con más de 30 años de experiencia en el campo espiritual, Rudá ahora se enfrenta y aborda los rasgos y hábitos tóxicos populares.

Como menciona en el vídeo, la espiritualidad debería consistir en potenciarse a uno mismo. No reprimir las emociones, no juzgar a los demás, sino formar una conexión pura con lo que uno es en su esencia.

Si esto es lo que le gustaría conseguir, haga clic aquí para ver el vídeo gratuito.

Aunque te encuentres bien adentrado en tu viaje espiritual, nunca es demasiado tarde para olvidar los mitos que has comprado como verdades.

5) Dejar de lado el ruido mental y el análisis

Si preguntáramos a los alumnos de una clase de filosofía qué significa ser o cómo podemos saber si existimos, probablemente empezarían a hablar de Descartes, Hegel y Platón.

Todos ellos son pensadores interesantes que tienen mucho que decir sobre lo que puede o no ser la existencia, y por qué estamos aquí o qué es el verdadero conocimiento.

No estoy denigrando el estudio de la filosofía de nadie, pero es muy diferente de la espiritualidad y la autoindagación espiritual.

La autoindagación espiritual se basa en la experiencia.

La autoindagación espiritual, especialmente el método enseñado por Ramana Maharshi, no consiste en el análisis intelectual o la especulación mental.

En realidad se trata de acallar las respuestas de la mente sobre quiénes somos para permitir que la experiencia de lo que somos para empezar a emerger y resonar.

La respuesta no está en las palabras, sino en una especie de certeza cósmica de que formas parte de algo más que de ti mismo y de que tu ser espiritual existe de forma muy real y duradera.

Como enseña Ramana Maharshi:

"Renunciamos a los enfoques habituales del conocimiento, porque nos damos cuenta de que la mente no puede contener el misterio de la respuesta.

"Por lo tanto, el énfasis se desplaza de la preocupación por averiguar quiénes somos (lo cual, al comenzar la Autoindagación, se hace siguiendo nuestra mentalidad habitual, con la mente racional) a la Presencia Pura del Corazón Espiritual."

6) Derribar el mito del egocentrismo

Nuestro ego quiere sentirse seguro, y una de las principales formas de conseguirlo es dividiendo y conquistando.

Nos dice que mientras consigamos lo que queremos, que se jodan los demás.

Nos dice que la vida es más o menos cada uno por sí mismo y que somos quienes creemos ser.

Nos alimenta con etiquetas y categorías que nos hacen sentir respetados, admirados y exitosos.

Nos deleitamos en estos pensamientos, sintiéndonos maravillosos por lo que somos.

También podemos sentirnos desgraciados, pero estar convencidos de que ese trabajo, esa persona o esa oportunidad nos llenarán por fin y nos permitirán alcanzar nuestro destino.

Podría ser quien estoy destinado a ser si sólo otras personas me dieran la oportunidad y la vida dejara de retenerme...

Pero la autoindagación espiritual nos pide que dejemos de creer en los mitos y nos abramos, que dejemos espacio para que llegue algo nuevo y verdadero.

"Creemos que somos individuos que viven en un mundo, pero no lo somos. En realidad, somos la conciencia dentro de la cual aparecen estos pensamientos", observa Akilesh Ayyar.

"Si miramos profundamente en nuestra propia mente -y en particular en el sentido del "yo"- podemos encontrar esta verdad por nosotros mismos, y es una verdad que va más allá de las palabras.

"Esta investigación arrojará una libertad que no es sobrenatural, pero tampoco ordinaria.

"No te dará poderes mágicos y místicos, pero te dará algo mejor: te revelará una liberación y una paz más allá de las palabras".

A mí me parece muy bien.

7) La autoindagación espiritual puede evitar el sufrimiento innecesario

La autoindagación espiritual también consiste en abandonar el sufrimiento innecesario.

A menudo, lo que somos puede estar profundamente ligado al dolor, y cada uno de nosotros tiene muchas luchas. Pero al ir más allá de lo superficial y adentrarnos en nuestro verdadero yo, a menudo nos topamos con una fuerza a flor de piel que no sabíamos que teníamos.

La felicidad temporal viene y va, pero la autoindagación espiritual tiene como objetivo encontrar un tipo duradero de paz interior y plenitud mediante la cual nos damos cuenta de nuestra propia suficiencia.

Para ser justos, nuestra propia cultura moderna también alimenta directamente el sentimiento de que no somos lo suficientemente buenos, convenciéndonos de que somos gusanos para seguir vendiéndonos productos de mierda.

Pero la autoindagación espiritual es un antídoto eficaz contra el laberinto consumista.

Los sentimientos de no ser suficiente, de estar solo o de ser indigno, comienzan a desvanecerse a medida que entramos en contacto con nuestra esencia y nuestro ser.

Adam Miceli tiene un bonito vídeo sobre esto acerca de cómo preguntarse quién eres es "tratar de encontrar nuestro yo más profundo, nuestro verdadero yo. El que es consciente de cada momento presente".

Cuando vemos que la plenitud está dentro de nuestra propia naturaleza y no "ahí fuera", el mundo se convierte en un lugar mucho menos amenazador.

De repente, conseguir lo que queremos externamente deja de ser el objetivo principal de nuestras vidas.

Ver también: Cómo dejar de ser un perdedor: todo lo que necesitas saber

8) Cambiar de perspectiva

La autoindagación espiritual consiste en cambiar de perspectiva.

Empiezas con una simple pregunta, pero lo realmente importante no es la pregunta, sino el misterio y la experiencia que la pregunta permite abrir ante ti.

Empezamos a ver cómo se despejan las nubes al darnos cuenta de que nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones temporales van y vienen.

No somos nosotros, per se, porque nos ocurren a nosotros.

Entonces, ¿qué somos?

Si no somos lo que sentimos, pensamos o experimentamos, entonces ¿quién es el yo detrás de la cortina?

A medida que la perspectiva empieza a cambiar, puede que descubramos que nuestras ideas preconcebidas sobre quiénes somos y qué nos impulsa no eran más que distracciones e ilusiones.

La verdadera identidad que tenemos es mucho más sencilla y profunda.

9) El punto muerto es el destino

La autoindagación espiritual consiste en darte cuenta de que tú eres lo que buscas. Consiste en darte cuenta de que el método para encontrar el tesoro (tu conciencia) es el tesoro (tu conciencia).

Es habitual tener la sensación de que nada está sucediendo realmente y de que sólo se está en un patrón de espera cuando se realiza una técnica meditativa de autoindagación espiritual.

Puede que sientas que no sientes "nada" o que no tiene sentido...

Esto se debe, como ya he dicho, a que es un proceso sutil que necesita tiempo para acumularse.

A veces, ese punto de frustración o de congelación puede ser el punto de ruptura.

No en un gran final o destino dramático, sino en una lucha silenciosa y una base anticlimática.

Te instalas en una sensación cómoda y fácil de ser y, sin darte cuenta al principio, las ilusiones sobre quién eres o la necesidad de que ocurra alguna gran epifanía empiezan a desvanecerse...

Tú eres suficiente, y esta situación es suficiente...

10) Encontrar el "verdadero" yo

La autoindagación espiritual es en realidad un proceso sutil, como dejar que una tetera se infusione por completo.

En realidad, el momento "eureka" no es más que la lenta toma de conciencia de que todas las etiquetas e ideas externas que nos hemos atribuido a nosotros mismos no son tan significativas como pensábamos.

Bajamos a las raíces reales de nosotros mismos y vemos que nuestra conciencia y la conciencia misma es lo que está siempre presente.

Como observa Adyashanti:

"¿Dónde está ese yo que es consciente?

Es en este preciso momento -el momento en que nos damos cuenta de que no podemos encontrar una entidad llamada "yo" que sea dueña o poseedora de la conciencia- cuando empezamos a darnos cuenta de que tal vez nosotros mismos somos la conciencia misma."

11) Que sea

La autoindagación espiritual no consiste tanto en hacer algo como en no hacer lo que solemos hacer y caer en la pereza y el caos mental.

Es un proceso de sustracción (llamado "neti, neti" en el hinduismo) en el que quitamos y sustraemos todo lo que no somos.

Dejas que los juicios, las ideas y las categorías se desvanezcan y te acomodas en lo que aún queda.

Nuestros pensamientos y sentimientos van y vienen, así que no somos ellos.

Pero nuestra conciencia siempre está ahí.

Esa relación entre tú y el universo, el secreto de tu existencia, es lo que intentas que florezca y crezca.

Esta sensación de ser es lo que te sostiene, y cuanto más consciente seas de ella, más podrás avanzar por la vida con claridad, poder y propósito.

"En una meditación así, permanecemos lúcidos, sin interpretar, sin juzgar -simplemente siguiendo el sentimiento íntimo de la existencia", escribe Hridaya Yoga.

"Este sentimiento no es desconocido, pero suele ignorarse debido a nuestras identificaciones con el cuerpo, la mente, etc.".

Descubrir el tesoro interior

Hay una historia del judaísmo jasídico que me parece muy adecuada para el tema de este artículo.

Trata de cómo a menudo vamos en busca de alguna gran respuesta o iluminación sólo para descubrir que no es lo que pensábamos.

Esta parábola procede del célebre rabino jasídico del siglo XIX Rabi Najman y trata de los beneficios de la autoindagación espiritual.

En esta historia, el rabino Najman habla de un hombre de pueblo que gasta todo su dinero para viajar a la gran ciudad y encontrar un tesoro de fábula bajo el puente.

La razón por la que se siente llamado a hacerlo es porque vio el puente en un sueño y tuvo una visión de sí mismo desenterrando un asombroso tesoro bajo él.

El aldeano sigue su sueño, llega al puente y empieza a cavar, sólo para ser reprendido por un guardia cercano. El soldado le dice que allí no hay ningún tesoro y que, en su lugar, debe volver a casa y buscar allí.

Lo hace, y luego encuentra el tesoro en su propia casa, en el hogar (símbolo del corazón).

Como explica el rabino Avraham Greenbaum:

"Tienes que escarbar dentro de ti, porque todos tus poderes y tus habilidades para triunfar, todo viene del alma que Dios te ha dado".

En eso consiste la autoindagación espiritual: buscas respuestas fuera de ti, pero al final descubres que el tesoro más rico está enterrado en tu propio patio trasero.

De hecho, está dentro de tu propio corazón. Es lo que tú eres.




Billy Crawford
Billy Crawford
Billy Crawford es un escritor y bloguero experimentado con más de una década de experiencia en el campo. Le apasiona buscar y compartir ideas innovadoras y prácticas que puedan ayudar a las personas y las empresas a mejorar sus vidas y sus operaciones. Su escritura se caracteriza por una combinación única de creatividad, perspicacia y humor, lo que hace de su blog una lectura interesante y esclarecedora. La experiencia de Billy abarca una amplia gama de temas, incluidos los negocios, la tecnología, el estilo de vida y el desarrollo personal. También es un viajero dedicado, habiendo visitado más de 20 países y contando. Cuando no está escribiendo o viajando por el mundo, a Billy le gusta practicar deportes, escuchar música y pasar tiempo con su familia y amigos.