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A todos nos gusta sentirnos seguros de nosotros mismos y competentes.
Algunos días sentimos que podemos enfrentarnos al mundo y salir a mezclarnos con otras personas con total confianza.
Estaría bien que todos viviéramos nuestros días así: siendo lo mejor de nosotros mismos, sintiéndonos felices y positivos, y conectando sin esfuerzo con los demás.
Pero no siempre nos sentimos así. Como seres humanos, todos tenemos días en los que nos sentimos absolutamente abatidos y plagados de dudas sobre nosotros mismos.
Yo misma he tenido estos episodios: días en los que me cuesta ver lo que valgo, días en los que pienso que soy incompetente, días en los que tengo ansiedad social... y la lista es interminable.
Si te has encontrado en esa situación, estoy aquí para ayudarte.
En este artículo explicaré por qué pasamos por periodos de inseguridad y cómo podemos superarlos.
¿Qué es la inseguridad?
En primer lugar, ¿qué significa exactamente sentirse inseguro? ¿Es un sentimiento de inadecuación? ¿Es una sensación de incertidumbre y ansiedad ante el mundo y los demás?
Sí, eso es precisamente la inseguridad.
Muchos podrían pensar que debería ser fácil quitárselo de encima y seguir adelante, pero, por desgracia, no es tan sencillo.
Superar la inseguridad es todo un reto, y el primer paso consiste en comprender qué la provoca.
¿Cuáles son las causas de la inseguridad?
Algunas personas experimentan una inseguridad generalizada y crónica.
Esto puede deberse a una serie de razones, como el tipo de infancia que tuvieron, creencias negativas sobre sí mismos o un estilo de apego inseguro.
En cambio, otros se sienten inseguros sólo de vez en cuando, algo totalmente normal que nos ocurre a los mejores.
Si por lo general eres una persona segura de ti misma, pero de repente te sientes insegura, vale la pena que analices las posibles causas y las formas de superarlas:
1) Fracaso o rechazo
Un estudio sobre los efectos del éxito y el fracaso en la autoestima demostró que el éxito aumenta la autoestima y el fracaso la disminuye.
Por eso no es de extrañar que nos sintamos confiados cuando tenemos éxito en una tarea y que, por el contrario, el fracaso disminuya nuestro nivel de confianza.
Si recientemente te han rechazado o no has conseguido un objetivo, es posible que te sientas abatido y empieces a dudar de tus capacidades o, lo que es peor, de tu autoestima.
La infelicidad también influye en la autoestima. Si acabas de pasar por una ruptura, una pérdida de trabajo o cualquier otro acontecimiento negativo, el fracaso y el rechazo pueden aumentar aún más tu infelicidad.
Y si ya tienes baja autoestima de por sí, puede convertirse en un círculo vicioso de inseguridad.
Puede ayudar comprender que el fracaso es una experiencia universal: nadie tiene éxito en todo lo que hace todo el tiempo.
Aquí tienes otras formas de superar la inseguridad basada en el fracaso o el rechazo:
- Date tiempo para curarte y reajustar tu mentalidad a la nueva normalidad.
- Salga y participe en actividades que le interesen.
- Apóyate en tu familia y amigos para obtener apoyo y consuelo.
- Reflexione sobre la experiencia y considere las lecciones que merece la pena extraer de ella.
- No te rindas: revisa tus objetivos y formula un plan para el futuro.
Y, sobre todo, practica la autocompasión.
Piensa en ti como en un amigo. ¿Qué le dirías a un buen amigo que acaba de sufrir un revés?
Entonces, ¿por qué no extender esa misma compasión a ti mismo?
Si aceptas tus defectos en lugar de juzgarte y criticarte, te resultará más fácil recuperar la confianza en ti mismo.
2) Ansiedad social
Una vez entré en una fiesta de la oficina, sintiéndome elegante y glamurosa con mi vestido rojo favorito.
Cuando llegué, vi a todo el mundo de pie en pequeños grupos, con bebidas en la mano, todos bien vestidos y con un aspecto totalmente relajado.
Todos tenían un aspecto fabuloso y, en comparación, yo me sentía como un ratón de campo.
De repente, mi vestido rojo parecía hortera y mi collar de perlas (falso), falso.
De repente, me sentí inferior e incapaz de hablar con nadie, muy lejos de mi yo amistoso habitual.
Si alguna vez te has sentido así, sabes de lo que hablo.
La inseguridad debida a la ansiedad social implica el miedo a ser juzgado por los demás.
Cuando aparece, nos sentimos incómodos y cohibidos en situaciones sociales. A veces, incluso podemos sentir que no pertenecemos a ese grupo o que no merecemos estar allí.
La timidez malsana es más frecuente en las personas que padecen trastorno de ansiedad social (TAS). Sin embargo, sigue ocurriéndole a casi todo el mundo de vez en cuando.
En este caso, puedes sentirte inseguro porque crees que los demás te miran, te juzgan y te critican.
Los psicólogos tienen un nombre para esto: el efecto "foco".
Este fenómeno se refiere a nuestra tendencia a sobrestimar lo mucho que los demás piensan o se fijan en nosotros.
En resumen, tenemos la sensación de que hay un foco que nos alumbra, iluminando cada uno de nuestros defectos.
Pero aunque pueda parecer tan real, la verdad es que la gente probablemente sólo se da cuenta de la mitad de lo que tú crees que se dan cuenta.
Superar la ansiedad social es un poco complicado: muchas personas afirman que cuanto más intentan superarla, más cohibidas se vuelven.
¿Cuál es el secreto?
Cuatro palabras: centrarse en los demás.
Aunque suene contraintuitivo, en realidad tiene una sólida base psicológica.
La psicóloga Ellen Hendriksen habla de lo que realmente ocurre cuando se está en un momento de ansiedad social.
En esta situación, te centras en ti mismo: intentas causar una buena impresión y controlas tu aspecto, tu forma de hablar y de comportarte.
Ver también: 14 verdaderas razones por las que los hombres buenos eligen la solteríaEl problema es que consume toda tu energía y no puedes concentrarte ni prestar atención a lo que tienes delante.
Y, por desgracia, cuanto más lo haces, más te engaña tu mente haciéndote creer que todo va mal, lo que te mantiene en un estado de inseguridad.
Por eso es aconsejable darle la vuelta a todo. Céntrate en algo que no seas tú mismo. Esto funciona como magia y libera tu energía para acomodarla a otras personas.
Cuando te centras en la persona con la que hablas y no en ti mismo, tu monitor interno deja de susurrarte cosas críticas al oído.
El escritor Dale Carnegie lo resumió en una cita muy útil: "Si quieres ser interesante, interésate".
Es increíble la cantidad de miedo que se desvanece cuando te das cuenta de que nadie se fija en ti tanto como tú crees.
3) Perfeccionismo
En un mundo tan competitivo como el nuestro, es natural que queramos aspirar a las mejores notas, ya sea en el trabajo o en nuestra vida personal.
Es propio de la naturaleza humana querer tenerlo todo: el mejor trabajo, las mejores notas, la casa más fabulosa, la figura perfecta, la ropa más elegante, la familia ideal, etcétera.
Lamentablemente, la vida no siempre funciona así. Por mucho que te esfuerces, la perfección es imposible de alcanzar en todo momento.
Si tienes unos niveles de exigencia poco realistas y te agobias cuando no los cumples, puede que estés luchando contra el perfeccionismo.
Los perfeccionistas son personas con metas elevadas y, como su nombre indica, no aceptan nada que no sea la perfección.
Se juzgan a sí mismos en función de los resultados, no de su esfuerzo.
Es una mentalidad de todo o nada, incluso "casi perfecto" se considera un fracaso para un perfeccionista.
El problema es que, con lo imprevisible que es la vida, no siempre puedes cumplir tus objetivos.
Y si tienes una mentalidad perfeccionista, esto puede llevarte a la inseguridad e incluso a la depresión.
La ciencia lo confirma: las investigaciones demuestran que los perfeccionistas tienen una autoestima más baja y mayores niveles de estrés y dudas sobre sí mismos, ingredientes todos ellos de la inseguridad.
Ver también: 15 señales de que tienes una personalidad tan fuerte que intimida a los demásA diferencia de las personas socialmente inseguras que se comparan con los demás, los perfeccionistas se comparan con una versión idealizada o perfecta de sí mismos.
Además, tienen una autoestima condicional. Creen que su valía depende de que cumplan ciertos criterios.
Por desgracia, si eres un perfeccionista, esto significa que tu visión de ti mismo es verte sólo tan bueno como tu último logro.
Cuanto más apegado esté a sus normas imposibles, más le costará aceptar la realidad, sobre todo cuando cometa errores.
Entonces, ¿cómo gestionar el perfeccionismo y decir adiós a la inseguridad?
He aquí algunas formas de alejarse de la mentalidad perfeccionista:
- Evalúese en función del esfuerzo realizado, no del resultado.
- Aprende a gustarte a ti mismo incluso cuando no lo estés haciendo bien. Piensa en tus cualidades interiores más que en aspectos externos como tus logros.
- Practica la autocompasión y háblate con amabilidad.
- Manténgase flexible para poder hacer frente a los cambios y sorpresas inevitables.
- Exponte a situaciones que sueles evitar por miedo al fracaso.
- No te obsesiones con los errores y los pensamientos negativos.
- Deja de revisar y volver a revisar excesivamente tu trabajo.
Por último, y lo más importante, tenga sentido del humor.
Como persona con tendencias perfeccionistas, he descubierto a lo largo de los años que ser capaz de reírme de mis errores es la estrategia más eficaz que me ayuda a afrontar el fracaso.
Reflexiones finales
La inseguridad nos afecta a todos, y puede ser difícil detener el duro y crítico diálogo interno que la acompaña.
Para ser lo mejor de nosotros mismos, debemos aprender a romper los patrones de pensamientos destructivos en los que caemos cada vez que nos enfrentamos a un fracaso o a situaciones desagradables.
Esperamos que este artículo te haya enseñado cómo afrontar la inseguridad y volver a ser la persona segura de sí misma y maravillosamente única que eres.